El arbol más alto de la aldea



Me contaron que habías dicho que no me amabas…quedé tan impresionada y triste y no tenía nadie con quien desahogarme. Estas cosas no se las cuento a mi madre…y mis hermanitas son todas menores que yo. Pensativa, caminé por la aldea y en mi interior me preguntaba ¿por qué tiene que pasarme esto a mí? Comprendí que tenía mucho que reflexionar, mucho en qué pensar. Elegí el árbol más grande y trepé hasta lo más alto.

Allí cerca del cielo, podría decidir qué hacer. Pero al rato empecé a llorar. Un llanto inconsolable, interminable. Pero no pienses que lloraba por ti, imbécil. Lloraba porque no lograba bajarme de aquel árbol…

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Este relato lo escribió Gloria, una jovencita de diecinueve años que vivió en mi casa unos pocos meses. Tenía planes de ser enfermera, le gustaba todo lo relacionado con la peluquería y el 9 de septiembre de 2013 murió en un terrible accidente. Estuve en su aldea, esa de los árboles altos y siempre verdes, en un día gris y lluvioso, cuando la enterraron. Entre sus cosas encontré este escrito que me pareció digno de compartirse.
Su recuerdo me acompañará siempre.