Cuando los lienzos tengan plena libertad de marchar,
cuando sacar la voz no sea premiado con golpizas,
cuando los humanos seamos humanos,
cuando el amor sea la norma,
cuando se haga justicia,
cuando seamos iguales,
cuando ya no dejemos que la autoridad rica decida por nosotros,
cuando no tengamos miedo,
cuando seamos escuchados,
cuando se dejen las viejas prácticas,
y se respete la dignidad y los derechos,
cuando sepamos dónde dejar las flores,
cuando dejemos de resignarnos,
cuando compartamos los valores
cuando se gobierne para el pueblo y con el pueblo,
cuando dejemos de aparentar y ambicionar,
cuando la plata no sea más importante que vivir en hermandad
ni el orgullo más que la vergüenza
ni la muerte más que la verdad.
Entonces, y sólo quizás, comencemos a sanar. |