Ir y venir como en un péndulo
de olas. Fundirse agua. Ser
el ondular mismo de mareas
en busca de la orilla. Sentir
el brillo resplandor en la piel
como de escamas. Y saberse
pez que devino humano
por puro azar evolutivo.

Ir y venir como un columpio
marítimo. Seguir el ritmo
incomprensible de explosiones
de espuma contra las rocas.
Interiorizar la plenitud
de gota. Cristalizarse
en la fluidez del equilibrio
dinámico. Y decirse para adentro
ahora entiendo eso
de la curvatura del espacio-tiempo.

Esperando un túnel como agujero de gusano.