No sabemos nada de fronteras. Nuestro territorio se extiende apenas como un canto de ballenas. Nos movemos. Siempre estamos que nos vamos y venimos confiando a nuestros pies encontrar nuestra propia ruta. [No hay atajos]. Cada paso es una nota en el camino de vibrante melodía. *** No sabemos nada de banderas. Siempre nos ha parecido más interesante el viento que la tela. Y sinceramente si tenemos que elegir preferimos -sin lugar a dudas- remontar una cometa. [Soltar la cuerda para ver como se aleja mientras tarareamos la alegría]. *** No sabemos la partitura. Apenas si jugamos equilibrismos de intrincadas armonías.
Texto agregado el 11-09-2013, y leído por 112 visitantes. (1 voto)