TU COMUNIDAD DE CUENTOS EN INTERNET
Noticias Foro Mesa Azul

Inicio / Cuenteros Locales / GaloErazo / "NOCHES"

[C:528614]


Como es posible explicar, el simple y llano hecho de que no puedes enfrentarte a la persona que eras, no poder siquiera mirarla a los ojos y decir “Soy yo”. La sensación que recorrió mi cuerpo es posiblemente indescriptible, talvez la misma lógica de antaño, la lógica de Dante, de Platón, de Sócrates, muy posiblemente ellos pudieron haber expuesto una clase completa y detallada de la sensación que en mi recorrió esos días…

No los aburriré con los hechos básicos en cada relato, El donde? El quien? El como? Lo que les comentare va mas aya de una simple descripción cronológica, un paso delante de cualquier percepción de nuestro tiempo, es un hecho que estoy seguro abra marcado mas de alguno…

Comenzare con la oscuridad, algo tan extenso como la oscuridad fue para mi algo muy pequeño, diminuto como mi propia presencia en aquel entonces, yo era aún un niño, observado, estudiado, analizado y sentenciado…

No les sabría decir, describir, relatar el miedo que se siente al estar en la oscuridad, no por el simple echo de no ver ni tus propias manos aun cuando te tocas la nariz, sino por el echo de que talvez no veas nada pero sabes que te observan detenidamente; Las miradas no descansaron por mucho, días les podría asegurar con certeza, aquella marca que hace aquel reo en su pared para contar los días, para mi era le llanto en las mañanas, cada mañana lo escuchaba de una manera casi estrepitosa a mi alrededor, de alguna extraña manera me reconfortaba, hubiera querido consolar el llanto y así perder la noción del tiempo, pero en aquella oscuridad no había palabra escrita o dicha que hiciera llegar le mensaje, debía ser martirizado día a día con la culpa del llanto, del lamento, de la desesperación, el peso de cada acción bajaba a mis espaldas.

Al pasar los días podrías fácilmente haber perdido la cordura, en aquella oscuridad todo era posible, no había limites que frenen el pensamiento, era una libertad prisionera, una libertad sentenciada al fin, fue ay cuando descubrí que no hay mayor miedo que la incertidumbre, tener la seguridad que delante ay un barranco, dar ese fatídico paso para terminar con la espera y aun así seguir… -no podría decir vivo ni muerto pues les mentiría, a ciencia cierta no lo podría decir-, digamos que seguiríamos en la espera, la verdad es que sabia que estaba esperando fuera de mi voluntad claro, si se me hubiera dado la mas minima opción de elegir el permanecer o no en la oscuridad, créanme cuando les digo que no hubiera permanecido mas de un minuto en aquel lugar, no lo hubiera soportado, talvez el mayor castigo no era el no ver absolutamente nada, ni el ser observado, sino que pensaras lo que pensaras, hicieras lo que hicieras, aún así no podrías escapar de lo impuesto – nótese que digo impuesto por el hecho de que en aquel lugar todo esta fuera de tu voluntad salvo el pensamiento-.

Talvez, si mal no me equivoco, habré escuchado un par de llantos mas del primero, cuando en mi las miradas cesaron, como el martillo del juez en sesión golpea con estruendosa fuerza y sella el silencio en la sala, de esa forma las miradas ya no se posaban sobre mi, fue casi instantáneo, a aquella reacción de las miradas cuando una luz me cegó de improviso, tal cual muchas veces escuche, ley, vi, que la luz al final del camino nos llevara al descanso eterno, les diré con furia, rabia, impotencia que no era este el caso, lo que vi cuando al fin pude abrir los ojos y distinguir forma alguna fue el mayor tormento que pude haber vivido, no se compara a nada de lo que aya escuchado o leído relato alguno, talvez aquella sensación es la que me motiva a contarles lo que aquellos días sucedió, - las palabras se detienen de momento con tal de amenizar el descontento, el frío, el temor, la impotencia y un sinfín de sensaciones que no les podría describir- Así al abrir los ojos pude ver un retrato perfectamente trabajado de mi mismo, como era posible pensé aquel magnifico espectáculo, puesto que sentía que era yo aquel niño, no le reconocía facción alguna que lo ligara a mi, era extraño y cercano a la vez, lo mas sorprendente fue cuando de un momento a otro sin mediar mayor movimiento de mi parte, se me introdujo dentro del retrato.

Eran posiblemente mis actos los que veía con una nitidez casi inimaginable, fue cada uno de ellos los que vi ese día, talvez si mal no recuerdo escuche un llanto dentro de esa interminable secuencia de hechos, para mi no había mayor sorpresa en ver aquello, puesto que mucho aún se mantenía vigente en mi memoria, pero al decir que la memoria es frágil, siempre pensé que se referían al hecho de que muchas de las cosas se olvidan con facilidad, para mi fue el hecho de que muchas cosas rompen la veracidad de los hechos para ser recordadas de manera subjetiva, en ese momento esa era la percepción que tenia de la fragilidad de la memoria de la que tanto se habla.

Vi buenos y malos momentos de manera interminable, aunque si les soy sincero la sensación de ver hechos no recorría ni mi cuerpo ni mi mente, lo que se apodero de mi en aquel entonces, era la fría sensación que tiene el acusado cuando se le leen los cargos por los cuales es procesado, aquellos en los que se presenta la prueba irrefutable de que es culpable.

Las imágenes cesaron por unas horas en las cuales la oscuridad volvió a su esplendor, esplendor al que mis sentidos ya se habían acostumbrado, de manera casi involuntaria cerré mis ojos, irónicamente la oscuridad al cerrar los ojos me reconfortaba de alguna manera, talvez por el simple echo de tener la esperanza de que al abrirlos podría decir que todo era un sueño, los mantuve así por horas y horas, preguntándome, ¿Que era todo esto?, ¿Cuándo terminaría?...

El llanto me hizo abrir los ojos de golpe, me sorprendí de nuevo cuando me vi a mi mismo, era otro retrato, mas que un retrato parecía un espejo, intente moverme pero la imagen seguía a su tiempo sus propios pasos, ay entendí que eran mas pruebas que me sentenciarían sin discusión alguna, fueron esta ves mas que las anteriores, no podría enumerarlas ni siquiera en mi memoria, aún ahora me cuesta trabajo recordar aunque sea un solo hecho que vi esa vez, estas pruebas eran aun mas crudas y veraces, tanto que temí por mi mismo, me apiade de lo que me podría pasar.

Fue ay cuando conocí la culpa, el respeto, el cariño, y un sinfín de sensaciones a las cuales les pase sin mayor valor alguno, parecía que todo estaba bien en ese momento, pero al verlos desde fuera, desde ese punto de vista impuesto por quien sabe que o quien, puedes ver todos los efectos colaterales que puede provocar una simple palabra, a la cual no por inconciencia ni falta de sabiduría, podrías escapar; Después de unas interminables horas, las imágenes dieron paso a la magna oscuridad.

El peso en ese momento era demasiado, el no haberme echo cargo de lo que hice en su momento, me estaba pasando la cuenta, no podía mantenerme en pie, no por el peso físico de los hechos, sino mas bien por el peso de la culpa, era tal la certeza que tenia de mis actos, la manera en que fueron expuestos, daban a entender que tenían intención de poder bajo cualquier precio convencer al espectador, sensación que compartía al cruzarse por mi mente, que jamás podría salir de aquel tormento, sensación que el llanto me quito de golpe.

Cuando levante la mirada, vi a un joven, ya a estas alturas me era fácil deducir que era yo quien aparecía en ese retrato unos años mas adelante, no fue mucho tiempo el cual lo vi, mas el suficiente para darme cuenta de que nada había cambiado, la culpa seria la misma aún teniendo ya conciencia de mis actos, no cabía en mi mente en ese momento idea alguna, estaba entregado a la suerte por decirlo de alguna manera, tanta fue la veracidad de los hechos, la certeza de las pruebas, que mas que el reo culpable, me convertí en mi propio juez.

A la par con mis pensamientos, escuche el fatídico llanto otra vez, instantáneamente levante la mirada, se me mostró por fin el lugar en donde estaba, como quien abre un telón, vi tres sombras interminables delante, seguramente de las miradas que se posaron en mi por días, intente voltear, pero tal cual era costumbre no podía mirar hacia atrás, me fue resignado el conocer la identidad de mis jueces, tal vez por el simple hecho de que al reo no le debe importar sus jueces y verdugos sino su sentencia… Se me permitió una sola palabra, pero ¿que podría decir en ese momento?, algo que resuma todo lo que vi, lo que sentí, como poder decir que sentía que muchos de esos hechos no eran obra mía, eran obra de la inconciencia de aquel niño, de las estupidez de mi presente y la… bueno aquello no tenia excusa que pudiera suplir sus hechos, después de un largo tormento, no pude decir mas que “Culpable”…

El silencio y las oscuridad volvieron a plenitud en aquel lugar, comprendí que la identidad de mis jueces era algo sin importancia, cuando era yo quien me declaraba culpable de todo lo que hice, de lo que ago y de lo que seguramente are..

¿Por qué razón una persona como yo podría seguir con vida?, ¿Qué motivo tendría arruinar la vida de quienes están a su alrededor?, ¿Cuándo hizo algo para merecer el perdón?, ¿Por qué se declaraba culpable de algo que aún no a hecho?, no podía dar respuesta a tales preguntas… Era mi propia mano la que me declaraba culpable sin apelación alguna, era yo quien aceptaba el peso de sus acciones por vez primera, aun siendo todas juntas, eran mis hechos, era mi carga, solo restaba esperar sentencia en la oscuridad…

El llanto desesperado rompió la espera de golpe, Al abrir los ojos no había oscuridad, no había silencio, estaba solo mi cuerpo recostado en la cama, el llanto era de la mujer que me acompaño en cada minuto de mi juicio, no tengo palabras para describir lo que sentí en aquel momento, era una calma enorme, de por si no pude recordar por años lo que paso esos días, lo único que recordaba y recuerdo con certeza es una mirada calida en mi espera, en aquella oscuridad, no puedo describir lo que se sentía pero puedo decirles lo que se me grabo en mi memoria… “Vive por mi…”

Al tiempo recuerdos afloraron en mi que jamás había tenido, conocimiento que no hubiera tenido sin experiencia ya eran ley para mi, sensaciones por montón, era otro yo, debía ser otro yo…


Mucho supe de golpe. Frases me llegaron de improviso, quiero pensar que son tu legado…
“Teme solo a aquello que pueda causar algún tipo de daño”
“Jamás des un paso atrás”
“Tiende siempre la mano, pues un día tú necesitaras de una ”
“Todo lo que has hecho te a convertido en lo que eres, solo quienes se arrepienten de lo que son, se arrepienten de su pasado”
“La verdad es siempre la mejor opción, pero no por ello es la que cause menos daño”
“Todo lo puedes hacer, tienes dos manos, ocúpalas”
“El amor es el regalo del mundo, jamás lo niegues, acéptalo, vívelo”
“Todo lo bueno del mundo esta ay delante, solo debes tener la fortaleza de tomarlo”
“Algunos aprender a caer, otros a seguir”




Autor: Galo Erazo
- Machaleño

@DERECHOS RESERVADOS

Texto agregado el 11-09-2013, y leído por 102 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
05-10-2013 Muchos pueden eludir la justicia humana, otros muchos pueden negar la existencia de la justicia divina; pero sólo unos pocos, gravemente enfermos, pueden eludir a su propia conciencia. Atravesar la inconsciencia, hacernos responsable de nuestras acciones y omisiones, perdonar y perdonarnos, es pasar de la oscuridad a la luz, poder lanzarse hacia adelante. Muy buen texto. 5* -preciosa-
21-09-2013 zas ellocutorrojo
12-09-2013 escribes muy bien loselegidosdelsol
 
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login


[ Privacidad | Términos y Condiciones | Reglamento | Contacto | Equipo | Preguntas Frecuentes | Haz tu aporte! ]