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El gran viaje de la salamandra

Una cosa terrible acerca de la búsqueda de la verdad es que se la encuentre.
Remy De Gourmont
Introducción
Mientras más me acercaba al final del obscuro túnel, el número de alimañas aumentaba en tan exponencial forma que a cada paso sentía como bajo mis botas sucumbían un número indeterminado de las pequeñas criaturas. Están eran tan minúsculas, salvajes y extraordinarias que me recordaban vagamente a los primeros prototipos humanoides que había creado hace cerca de 10 años; estos eran totalmente amorfos pero a pesar de eso yo les tome un cariño especial debido a que podrían considerarse mi primera invención viva, debido a esta semejanza el aplastar a estas formas vivientes me producía cierto remordimiento de conciencia además de un ligero vagido; a pesar de que ambas situaciones minaban tanto mi mente como mi cuerpo respectivamente no dude en continuar, pero mi fuerza de voluntad no era lo suficientemente obstinada como para mantener el ritmo de mi caminata y a la vez menguar mi cansancio físico y mental, debido a esto mi marcha se volvía cada vez más cansina y torpe, al grado que a lo largo de una hora solo logre avanzar unos 50 metros. Al mirar al frente supuse que si continuaba a este ritmo llegar hasta el otro extremo del oblicuo y extenso túnel me llevaría por lo menos un par de días más, esto sin contar el tiempo de las comidas y los lapsos de sueño que forzosamente debía tomar. Otro rasgo que comenzó a alarmarme sobremanera en cuanto a la travesía, era que las capsulas que al iniciar el viaje creí suficientes para contrarrestar mis achaques y enfermedades ahora comenzaban a escasear de forma verdaderamente peligrosa, en circunstancias normales esto no sería grave ya que al tomar unas cuantas capsulas podía moverme libremente, pero debido a las condiciones del ambiente el cual está repleto de moho, humedad y excesivo calor, provocan que mis dolencias se asomen más y el no tener a la mano suficientes medicamentos podía poner en entre dicho mi vida. Todas estas eventualidades hicieron que comenzara a pensar fríamente las diferentes circunstancias que me estaban orillando a formular teorías bastante pesimistas sobre mi futuro inmediato, después de un breve pero conciso análisis tome la resolución de darme un descanso lo suficientemente largo como para poder recuperar en la medida de lo posible el total de mis capacidades, probablemente esto me retrasaría por lo menos un día más pero siempre es preferible llegar en algún momento que pueda parecer distante, que perecer de forma grotesca y poco ortodoxa al intentar llegar en tiempo y forma a un lugar que simplemente me esta esperando.
En poco tiempo desmonte mi equipaje y prepare la pequeña tienda de dormir que llevaba acuestas en la espalda, al terminar de montarla encendí una pequeña fogata para poder preparar unos cuantos alimentos; como era costumbre las pequeñas criaturas comenzaron a rodearme al parecer por que el fuego ejercía en ellos un efecto hipnótico esto debido a que probablemente muy pocas veces lo habían visto, inclusive podría asegurar que algunos de ellos nunca lo habían contemplado, cabe aclarar que estas criaturas no eran hostiles inclusive me parecían simpáticas, al ver su rostro absorto en el fuego pensé en su fragilidad y en como las aplastaba sin miramiento, esto me puse de mal humor lo cual provoco que cocinara rápidamente unas cuantas verduras las cuales engullí aprisa; al terminar de comer contemple por un momento el fuego con la misma fascinación que mis diminutos acompañantes; cuando salí de mi letargo limpie los trastos y bebí unos sorbos de agua, a estas alturas mi proceso digestivo ya parecía bastante avanzado pues el sueño ya comenzaba a adormilar mi cansado cuerpo y los parpados se cerraban a fuerza a pesar de mi resistencia, a partir de aquí mis acciones las realizaba por pura inercia de este modo apague el fuego, guarde mis utensilios y me metí en la tienda la cual cerré completamente detrás de mí, esta pequeña barrera que representaba la tienda era suficiente para dejarme completamente aislado del deprimente y fantástico mundo que representaba el pasillo el cual recorría de forma obstinada. Dentro de la tienda mis nervios se calmaron y mi respiración se tornó serena esto me hizo sentir mucho mejor mentalmente y mientras el sueño se colaba entre mis ojos como si de viento se tratara, poco a poco fui recordando cada una de las travesías que había pasado para llegar hasta este punto tan alejado y recóndito del mundo pero a pesar de lo largo del extenuante viaje aun me encontraba en el preámbulo de mi destino final; el último paso para alcanzar lo que tanto había perseguido y entre estos pensamientos el sueño hizo de las suyas dejándome completamente a merced de mis demonios.

Texto agregado el 08-09-2013, y leído por 140 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
09-09-2013 También se me vino a la mente un texto de Borges, "... Como quien viene de tan lejos, que no espera llegar" canelodos
09-09-2013 En entre dicho mi vida, creo que pretendiste decir en peligro, no en duda como lo expresa la frase que escribiste, se parece a un final que he visto algunas vvveces por ahí, canelodos
09-09-2013 he recorrido junto a ti este agobiante túnel pero no se a donde vamos. elisatab
 
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