Juro que trato y trato pero el espectro de la angustia me persigue ¿Cuánto más he de soportar? ¿Cuánto más he de luchar? Como mil cuervos me encierran en un tornado de mal augurio, como mil cuervos me atrapan en plumas que simulan ser filos de mi alma. Estoy acabado y triste. Ah...La hermosa tristeza que se hace cada vez más cercana a mi cabeza, ah...La tristeza que me recuerda la miseria humana de cada día sin realeza.
¡Maldito, maldito de mí! ¡¿Cuántas lágrimas he de derramar?! Soy un pésimo hermano, un despiadado hijo y el peor amigo que nadie quiere para confiar. No vivo, no sirvo, soy un espectro perdido en su soledad.
¡Maldito, maldito de mí! Llévenmen de una vez, quiero caer consumido, quiero ceder a lo poco que me queda que no es más que una demencia ocasianada por la vitalidad nerviosa de todas las mañanas. Estoy solo, nadie puede quererme, parece un castigo de mi vida anterior.
Dios, castigad a este ser que no sabe qué maldad ha cometido en su pasado, castigad como corresponde y dejad que me retire de este paraíso difícil de comprender.
Como el diablo quizo aquí estoy hecho un tirano que atenta contra la felicidad genuina. Ni un amigo para querer, nadie que pueda a mi lado yacer.
Ni en el amor, ni en la fraternidad, tan joven solía yo ser...Tan vital, tan feliz...
¡Maldito, maldito de mí que no supo cuidar sus palabras! Maldito seas persona infeliz que piensa acabar con tanto dolor en un instante.
En hojas de papel se delata los sentimientos más nefastos que los seres místicos jamás podría comprender. En tinta te resalto intentando alejarte de mis pensamientos encerrados como aves que quieren escapar de la mano humana.
Caeré en mi propia tumba como los muertos que tan poco pudieron disfrutar del día y su luz. Cuando recapacite será tarde, pues mi cuerpo yacerá en el infierno oscuro de la soledad y mi alma se encontrará en un hermoso viaje astral buscando la verdad que tantas veces le ha tentado a viajar lejos de la realidad.
Nadie quiere verlo, todos cubren sus oídos para tener sordera mientras yo intento matar mis ojos para sufrir una hermosa cegera, la misma que atormenta mi corazón y me aleja de la oscura muerte omnisciente.
Estoy feliz, puedo reír en mi locura, estoy feliz...Feliz de creerme mis mentiras ¡Soy el ser más afortunado! Exclamo con total amargura mientras clavo mis sensaciones en pluma y papel esperanzado de encontrar un camino fácil, corto y llevadero. Tanta es mi alegría que lloro sofocado por el dolor. Tanta es mi tristeza que lloro sofocado por el consuelo inconcebible.
¡Oh zadquiel! Sálvame de una vez, alejame de tanta incomprensión...¿Acaso mis palabras no llegan al mundo? ¿Por qué es tan difícil comprenderme? Ah...La curiosidad y la búsqueda de la verdad solo guían al recorrido de un triste viaje astral.
Si eso llegara a pasar me sentiría como el mismísimo ulises atravezando el maldito inframundo de Hades como un héroe. Recapacito y recapacito pensativo, claro que soy un héroe, uno para el mundo al matar mi vano cuerpo porque todas aquellas personas que detestaban estar cerca mío se alegrarán.
Estoy tan feliz, entonces ¿Por qué las lágrimas no dejan de caer? Me caigo, me caigo en un lejano mundo pero valdrá la pena si mis sentidos se pierden en una danza alegre desconocida porque así es final, porque así es mi destino: Maldito. |