Lo he vivido intensamente
como un murmullo que crece
y estalla en un alarido.
Alguien lo llamó “un amor irrepetible”
de aquellos que aparecen
tan solo una vez en la vida.
Creció la mujer junto a una esperanza
que pronto espiró en el propio vientre.
La Luna se apagó despacio
dando lugar
al resto de las interminables noches,
y aun así, no hubo un solo día
en que los sueños no amaneciesen.
Lo he vivido intensamente
hasta dejarme en él la vida.
Texto agregado el 06-09-2013, y leído por 121
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