divagaba acerca de un sueño... en él mi cuerpo miraba una inmensa jaula llena de seres humanos y cada uno de ellos les faltaba algo... me acerqué hasta llegar casi a tocarles cuando pude notar que cada uno de ellos tenía alas en sus cuerpos... ¡eran ángeles!... no tenían sexo ni hablaban lengua alguna, tan solo reían como niños... les di un poco de agua y ellos lamieron mis manos... pude sentir sus lenguas... eran ásperas como los gatos... era extraño, no volaban por ningún lado... se había conformado a seguir allí hasta que mi sueños terminara... de pronto escuché que llegaban personas hacia mí... me di la vuelta y pude ver con sorpresa que dicha gente eran todas las personas que había conocido en vida... las que amaba, odiaba, etc... les vi llegar y con un palo lleno de grasa, golpeaban a los ángeles por todos lados... ¿por qué les hacen eso?, me pregunté... uno de ellos, con el rostro de mi padre, ya fallecido muchos años atrás, me dijo que son ángeles tontos... ¿porqué?... pues mira, uno les abre las puertas y esos no salen, se han acostumbrado a estar enjaulados... entiendo, respondí... no quise moverme, pero llegaba la noche y cuando todo se hizo oscuridad pude notar que los ojos de los ángeles brillaban y sus cuerpos parecían cambiar de color, por rojo sangre... inexplicablemente ellos mismos salieron por las jaulas a través de los mismos barrotes... adiós, les dije, mientras uno de ellos me lamía las manos como la lengua de los gatos...