Mutatis Mutandis
Escúchame vital y espacial cínico.
Que fuiste el esbozo de un migrante zar
Que muriendo joven y renaciendo esclavo
Apago el humo de tu mar: Dioses
Gigante ácrono
Basaste tus ideas mansas
A los relámpagos, esperando,
Mirándoles las carnes prometidas que tantas veces
Quisimos que muerdan arrulladas,
Y en pedazos de concreto humedecientes,
Cornetas y cuerdas saturnales,
Paraanatomicamente; montes de Venus,
Otearon la masa, el Movimiento Eterno.
Los cuadrantes obligaron al capullo
Decir: “Decimos”
Obligaron: “Creímos”
Fue y va.
Cien serenas zorras como ella tal.
Los templos corren al suelo envejecido curando el fondo cuando esté
Colectivamente, y por ende, trillado.
Muerdago de miel
Parnaso bursátil y nereidas todas, oscilantes
Que a traversa quienquiera busque la mitad
Y que le de los placemes, Mutatis Mutandis
Que la manada riña
Y que las venas pueblen a los miles
Y que el trueque vuelva a su hocico
Lleno de musgo y materia
Tres penalidades sierpen al nácar concebido,
A ese efluvio en ti maquinando el intermezzo,
Lo sápido, la hipálage, y mi bendito espondeo dulce acrílico.
(Mas que ha la hermosura en el aire contrita)
Y lo que se honguea sea a lo que a paz se fue
Que ha su tiempo va la somnolienta e ilusionada parca.
Se revuelca el pleonasmo en tu perfume eufórico
Y nuestra arrogancia por miles de trillones de átomos
Se encomiende a la furia que decanta
nuestra educación estentórea
Y lo que alguien viera enmarañándose
de tu planta a tus sesos
Y lo que en fuegos voces y miradas
Seá el fin de los recuerdos,
La transformación de tu hirsuta piel oleosa,
Y lo que en la suerte,
Espina que me quema,
Subterránea,
Se vuelque a este sector esférico,
Deje a Dios mi paciencia
Y seas tu
Todo a su tiempo.
Juan Piaggio
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