Aún hay margaritas
para deshojar,
hay praderas
para caminar.
Y mares de esmeraldas
voces del viento,
sentimiento y grandezas
que bullen en el alma.
Paisajes
de extrema belleza
que pintar.
Un suspiro alicaído
trata de hacerme desistir.
Yo arrastro mis versos
sin prisa, sin pausa,
peino mis poesías
releyendo en mi corazón,
la fuerza del amor.
MARÍA DEL ROSARIO ALESSANDRINI.
Texto agregado el 03-09-2013, y leído por 457
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