Noches de mal agüero y vivir por vivir,
Otra cajita vacía y sin nada que quemar,
Una calle oscura desemboca en un descampado,
Unos amigos allá eran la solución de viajar solo y en paz,
Una velita despierta mi imaginación,
Y una minita vuelve a ser mi dulce ilusión.
Algo me aturde la cabeza, quizá sean las agujas de mi reloj
La desesperanza que ya arranca hasta mi alma, mi cabeza,
Y un poco más arriba esta mi corazón
Pero ese calor significa un adiós,
Adiós al norte y al sur, bienvenido al placer.
Puede ser que haya encontrado otro consuelo acá
Aparte de tocar dos luna y mil estrellas,
O puede ser tan solo otro arte infernal
Pero ahora todo me da igual.
La única luna sigue a mi lado,
Y entre las nubes empieza a jugar
Seguro huye del sol que se ya empieza a asomar.