No me busques
ni me llames,
no mereces amar.
El nido fue destruido,
se fueron los sueños
a navegar
sobre su tumba.
Otro más puro
me hechizo,
hoy mi libro abierto
escribe tu nombre
en el recuerdo
silencioso.
Y adentro de mi mar
de olas tranquilas,
ya no estas.
Braceo rápida
y segura,
alejándome
embelesada de estrellas.
MARÍA DEL ROSARIO ALESSANDRINI.
Texto agregado el 30-08-2013, y leído por 292
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