No sé dónde está mi cabeza ni sé adónde voy… Siento que debo caminar recto y firme… Pero, ¿adónde voy?... Luego de buscar y buscar lo que encuentro son promesas y un vuelva pronto… De algo seguro, nada… Sigo insistiendo, pero lo único que sigue en pie es la mujer que de dos a tres veces a la semana viene, abre mi cuarto y se mete en medio de mis piernas… Eso es locura… No entiendo nada, tan solo me dejo llevar y llevar sabiendo que pronto caeré en la mar de todas las respuestas… Miro su cuerpo de mujer y casi la veo más hermosa vestida que desnuda… Creo que el misterio es más atractivo que la verdad… Me excita… A ella le gusta beber, por ello siempre trae ron con una botella de gas… Bebemos y bebemos y nos sentimos que los cuerpos se divierten, el resto no sabe en dónde está… Ya casi no busco laburo… Me quedo en cama durante todo el día… Y espero, algo en que me vuelto experto…
Espero que el día se apague, que la tarde se llene de sombras, que la gente ahogue sus gritos, que los autos rugan sin saber nada más… Mi vida en medio de todo ello es una agonía sin par… He salido casi desnudo a la calle… La gente del lugar me observa como quien ve a un loco… Los entiendo… Sigo caminando con una sábana cubriendo mi desnudez… Sigo y sigo y no sé al lugar que espera por mí… A lo lejos veo un grupo de muchachos… Me les acerco y ellos callan… “Puedo respirar a su lado”, les digo… Todos me miran y poco a poco se van esfumando como sombras ante la oscuridad de la noche… Quedo solo y sin saber adónde más ir, regreso…
Ya en mi cuarto está ella… Me abraza… Me da de beber y bebemos y reímos… Nos enroscamos en la locura de las pasiones y los cuerpos sudan y destilan sudor y esperma… Soy un animal… Soy un animal… ¿Y para esto he viajado tan lejos?... A la mañana siguiente decido cambiar… Hacer algo diferente… Miro las paredes llenas de manchas y recuerdo al viejo… Lloro, lloro, lloro y no puedo dejar de llorar… Soy un hombre que llora y llora y no sabe por qué… Cojo un pedazo de arcilla y hago una raya en la pared… Me gusta y decido seguir con las rayas… Luego hago un círculo, luego otro y otro, cada vez son más perfectos… Me gusta lo que hago… Entonces siento que del fondo de mi ser revienta un sentimiento y esta vez las lágrimas son dulces… Y siento que debo poner una letra tras cada círculo… Pongo lo que se me chorrea…
“Niños perdidos en un Edén
Surgen avaros pies
Nacen semillas de amor
El Sol besa mis labios
Cojo a Dios y me dice todo…
Soy feliz en su regazo
Me lleva a mi mundo de luz
Mi cuerpo revienta en formas de estrellas
Soy un punto dentro de un cielo perdido…”
Siento que empiezo a levitar… Camino sobre el aire… Soy un santo, un Dios de sentimientos… Siento cosas bellas y no ceso de escribir…
Así la pasé durante todo el día y noche… Sin comer ni dormir… Agotado me tiro al piso… Duermo profundo y sueño con Dios… Ámame, me dice… ¿Cómo?, le pregunto… Escribe de nuestro amor, responde…
Al día siguiente sé lo que quiero… He pagado mis deudas y decido retornar a mi lugar… Cojo el auto de retorno, una mujer me sigue… Tiene el fruto de nuestra pasión en sus entrañas… Está loca, pero, no siento que sea dañino, más bien, es su elección… Tomo el auto y partimos…
Ya en la ciudad, busco un laburo… Lo encuentro en un grifo de gasolina… Me pagan poco, pero trabajo de noche… Ella vive en un cuarto, junto a mí… Tiene una barriga más y más grande… Está loca y lo que hay dentro debe ser una locura de belleza y amor… Pero, cuando llego a mi cuarto, cojo una hoja en blanco y escribo sin parar durante dos o más horas, todos los días…
“Te busqué
Te seguí en mi oscuridad
Supiste de mí desde mi primer aliento
Estás a mi lado ahora
Llévame a mi hogar
Donde todo se hace bello
En medio de todo el basural de la mediocridad…”
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