Tacito Dixit
Roma, Año 50 DC.
Frente al majestuoso Coliseo Romano, se está llevando a cabo un cortejo fúnebre. Ha muerto Iuna, la viuda de Cassio y hermana de Brutus.
El emperador Tiberio es quién preside las ceremonias funerarias que se llevan a cabo, con todos los honores acordes al rango de la fallecida.
De acuerdo con usos y costumbres romanas, se colocan frente al cortejo fúnebre las imágenes de todos aquellos familiares ausentes.
Pero por expresa orden del emperador, no se colocan las imágenes de Casio ni de Brutos, puesto que Tiberio se niega a permitir que sean exhibidas las imágenes de quienes asesinaron a Julio César.
Tácito inmortaliza ese instante señalando y escribiendo:
“Casio y Brutus brillaron por no estar ahí sus imágenes”.
En el año 1819, Chénier escribe su tragedia “Tiberio”, y recrea ese preciso momento con una frase:
“Brutus y Casio brillan por su ausencia”
(Brutus et Casius brillaient par leur absence )
Buenos Aires, Año 2004 DC.
Frente al estadio de football, suerte de Circo Contemporáneo, un hombre le dice a otro con respecto a dos jugadores que jugaron mal durante el partido, y que fueron según él culpables del “drama” de la derrota:
“ El Cholo y el Matador brillaron por su ausencia”
Ese hombre, no sabe que esta repitiendo palabras que fueron acuñadas dos mil años antes de ese momento, frente a otro circo, frente a otro drama.
Tácito no imaginó jamás que dos mil años después de él, su frase sería utilizada de forma tan banal.
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