Quién dijo que la Luna es hermosa…
Solo es un remolino
de ilusiones inventadas,
De alientos vanos.
Plateados confusos.

Luna amante de todos
-amor de nadie-
¿Quién se atreve a
Reclamarla en sabanas?
Nadie.
Solo es una nocturna
Que manosea al poeta
Siempre abandonándolo
En un adiós ausente.

Ese manto
-espectro de luz-
Que se burla
De los amores distantes,
Y no hace más
Que cantarles ausencias
De besos perdidos,
De vasos sin agua,
De manos desahuciadas.
De la noche fría.

Esa Luna
Que se roba suspiros inocentes
-profundos-
Que promete esperanzas
Con su sonrisa llena,
Un sínico centellar,
Atribuyéndose milagros del alma,
Mintiendo al enamorado
Alguna redención en conserva
Y su caricia menguante
Es su pomposo convenio.

Ella
Que siente ser celeste,
Cuando solo es
-como un santo de altar-
Un pedazo de yeso blanco.


El Mesiaz.