Traigo conmigo
un floreciente
pistilo
pleno de vida
y de pólenes.
Busco un surco
femenino
donde plantarlo.
Ha de ser la corola
de una rosa
llena de néctar
y perfumada,
la que lo envuelva
entre sus pétalos,
y suavemente
extraiga
la semilla
que llevo dentro.
A cambio, juro
que la llenaré de besos
y será para siempre
mi amor eterno.
Texto agregado el 21-08-2013, y leído por 124
visitantes. (2 votos)
Lectores Opinan
13-09-2013
muy sensual, me encantó! camino-de-luz
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