Recuerdo una navidad, de mi infancia; en la que mis padres nos dejaron ir, a mis hermanos y a mí; a un lugar en el cual, fueron unas personas caritativas a repartir juguetes.
Había una gran fila de niños y niñas formados; debo haber tenido unos cuatro o cinco años. Las personas que repartían los juguetes, uno repartía los de niño y otra los de niña. Cuando nos tocó a mis hermanos y a mí, a ellos los varones les dieron pistolas y pelotas. A mi hermana y a mi, nos tocó llegar al frente de la fila, y la persona tenía en las manos, una muñeca y un juego de té. En cuanto vi la muñeca deseaba que me dieran a mí, pero le tocó a mi hermana, y a mí el juego de té. Nos regresamos a nuestra casa, caminamos mucho, o cuando menos eso sentí yo. Iba rumiando mi frustración en mi mente porque no me dieron una muñeca a mí. Iba con la esperanza de que mi mamá tuviera la solución; pero al llegar a la casa y decirle que me dieron el juego de té y que yo quería la muñeca; ella me respondió que compartieramos mi hermana y yo los juguetes. Así que mi esperanza de que ella me comprara una muñeca se vio frustrada. Y como mi hermana no soltaba su muñeca, me resigné a jugar con mi regalo y comencé a jugar a las comiditas con lodo. Luego mi hermana se aburrió de su muñeca y ahí va de metiche, a querer jugar; lo que yo estaba jugando: Y lo único que hacía era desbaratar los suculentos platillos, que tanto esfuerzo me costaba preparar con barro.

Escribo esto; porque me vino el recuerdo a la mente,hoy al escuchar en la radio; las noticias y lo que alcancé a escuchar es que, alguien no sé si alguna empresa o el gobierno; se gastaron siete millones de pesos en mochilas; para este regreso a clases. Y me pregunto ¿de qué sirve una mochila?. Si lo que vas a cargar en ella es basura: Toda esa basura que regalan consiente o inconsientemente los profesores. Pienso en el cansancio de mi hijo al asistir a la escuela, y de verdad desisto de mi obsesión por obligarlo a asistir. Y me digo con esos siete millones se podrían hacer verdaderos milagros, si en lugar de invertirlos en mochilas, se invirtieran en crear un ambiente sano y favorable para el aprendizaje de los niños.