El camino era demasiado sinuoso para las débiles piernas de Frank, pero eso ya no importaba, lo que el tanto anhelaba estaba al final de dicha vereda, al son de sus pasos sus pensamientos asían cada vez más mella en su mente.
¿Por qué él tenía que ser diferente al resto? Pensaba el, y no es que tuviera alguna deformidad física, o alguna discapacidad mental, su diferencia era mucho más profunda y nacía haya donde nacen todos los sentimientos, él se lamentaba haber nacido bueno, porque en un mundo donde lo bueno es malo y lo malo bueno, no había un lugar para él.
Muchas veces había intentado cambiar y ser igual al resto de las personas que lo rodeaban, pero sus intentos habían sido en vano, es que no solo era de buen corazón si no, también de fuertes convicciones, y su boca no podía ser callada aun cuando por sus contrarias opiniones le pusiesen en peligro con todas las intolerantes personas, muchas veces incluso defendió a sus compañeros abusados, pero incluso, aquellos a los que el valerosamente había defendido se ponían en su contra y pasaba a ser víctima de burlas y maltratos, ¡si tan solo pudiera ser malo! Pero no podía.
El final ya casi era divisible, y sus pasos se volvían cada vez más veloces, por fin tendría tan anhelada soledad y si tenía suerte, todos aquellos sentimientos que lo atormentaban, por fin tendrían su fin.
Frank contemplaba la altura y no tenía duda que al dar un paso al frente todos sus tormentos se terminarían, pero dudaba, si no podía dar fin a una vida ajena, ¿cómo era posible que siquiera pensara en poner fin a la suya? alguien lo extrañaría? O ¿alguien lloraría su muerte? Estos y otros pensamientos cruzaban la mente de Frank, cuando con el rabillo del ojo distinguió un destello, como si algo le hubiera detenido de aquello que tramaba hacer.
La curiosidad lo llevo a indagar más en aquel extraño resplandor y no tardó mucho en descubrir el objeto que reflejo la luz del sol directamente en sus ojos, parecía o más bien era una lámpara, como aquellas tan vistas en las películas de genios cumplidores de deseos, pronto su imaginación se apodero de él y fantaseo con un genio que cumplía todos sus deseos, pero eran solo fantasías y él tenía que terminar su cometido, tiro la lámpara y se dispuso otra vez a la peligrosa orilla, pero no dio ni dos pasos cuando sin pensarlo se abalanzo sobre el polvoso objeto y aunque sabía que no funcionaría tenía que hacer eso antes de partir, con la manga de su camisa tallo un costado de la lámpara, y espero un poco, pero al no ver nada se dio por vencido y por tercera y última vez se dirigió a poner fin a sus sufrimientos, pero una vez más algo le impidió terminar su cometido, esta vez fue una voz, una bella voz femenina que le hablaba de todas partes, él sabía lo que seguiría, y efectivamente la dulce voz le explico que le cumpliría un solo deseo, pero ¿que podría pedir para que su vida ya no fuera tan desdichada? Se le ocurrió pedir mucho dinero, así la gente lo amaría y respetarían sus opiniones, pero, solo serían falsas amistades y en realidad siempre viviría en la mentira, después se le ocurrió pedir que todos los seres humanos dejaran de lado su maldad y así sería un mundo maravilloso de personas que se amaran, pero, así solo estaría imponiendo su forma de pensar y les quitaría a las personas su derecho a elegir, y siguió pensando.
Allá a lo lejos se veía volver a Frank con renovadas fuerzas, parecía otro y en sus labios se dibujaba una enorme sonrisa, se apresuraba cada vez más para ir con sus amigos, de pronto un lindo perro se cruzó en el camino y el crujir de la mandíbula del animal se oyó tras un golpe seco, y Frank siguió su camino.