Contémoslo con análisis:
Estuve en tres partes en menos de 5 minutos:
- La primera fue en Santiago, típico encuentro imprevisto con la chica que me gusta, dentro de los pasillos de la universidad, donde conversábamos de cualquier cosa, claro que yo siempre buscando "accidentalmente" la forma de encontrarte para tener esa conversación. No fue mas de una breve conversación, un par de risas, que quizás a ti te daban lo mismo, pero a mi "algo" me producían
Después de eso me dirigí al baño, pero al salir de este ya todo había cambiado...
- La segunda fue en mi casa. Estaba dentro cuando alguien golpeó la puerta. Al momento que abro logro verte, y entras mientras yo me congelo unos segundos frente a ti, pero te hablo rápidamente y nos vamos a mi pieza a conversar un rato. La conversación fue demasiado agradable, y sin que mi corazón estuviese a punto de reventar por querer intentar endulzarte con algunas palabras, te acercaste y nos besamos con desenfreno. Sentía incluso tus frenillos chocando contra mis dientes, y disfrutaba cada instante de esa sensación penetrante de tener tu bellos rostro tan cerca del mio.
Abrazados solo nos mirábamos, y eso me hacia sentir lleno, al ver siempre esa sonrisa saliendo de tu boca.
Cerré los ojos y respiré para tratar de creerlo. Grave error...
-La tercera fue en el patio del único colegio al que asistí. Fueron a penas unos instantes, donde desperté recostado en el patio, y al mirar la soledad a mi alrededor, traté de volver a mi hogar, pero el colegio estaba cerrado. Entonces corrí por todos lados desesperados, y al no encontrar solución, subí al segundo piso y me lancé por los aires hacia abajo. La impresión me despertó...
Al estar despierto, solo me importó una cosa de todo esto: conseguir hablar con aquella chica que me dejó sin aliento. Con mi tonta ilusión de que algo del sueño quedase, te contacté, pero todo era tan normal como siempre.
Ay de mi...
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