Fue un preclaro maestro y uno de los grandes pensadores de su época, este limeño egregio por su espíritu y su vida harto fecunda nació el 3 de diciembre de 1871, fue hijo del general Mariano Ignacio Prado y de la dama Arequipeña Magdalena Ugarteche, contaba entre sus ascendientes al ilustre coronel Ignacio Prado de honorabilísima figuración en las campañas de la independencia.

Hizo sus estudios en el colegio de los PP. Jesuitas de donde luego ingreso a la universidad de san Marcos, muy pronto se graduó de bachiller y un poco mas tarde opto los títulos de doctor en las facultades de letras y de jurisprudencia, presentando una tesis que causo sensación, tanto por las ideas nuevas en siembra ingente que contenían, como por la belleza del estilo en que estaban expresadas, triunfo tan rotundo no fueron sino culminación de su vida estudiantil en la que revelo la poderosa garra de su talento que calaba hondo en la realidad nacional, de esa época luminosa se deben sus ensayos notables como “ensayo histórico- filosófico” y “método positivo aplicado al derecho penal”.

Pronto por concurso fue elegido catedrático del curso de historia de la filosofía moderna en la universidad de san Marcos, tribuna desde la que derramo su profundo conocimiento en tan ardua disciplina, ejerciendo a la vez hermoso apostolado que la juventud de esa época supo admirar en todo cuanto valía, fue entonces numen de san Marcos y el maestro de mas recia personalidad; al abrirse en ceremonia especial el año académico de 1894 pronuncio el discurso de orden, al mismo tiempo que dictaba brillantemente su cátedra abría su estudio de abogado, que pronto se convirtió en foco principal de trabajo, en 1904 siendo presidente interino del Perú el doctor Serapio Calderón, fue nombrado ministro plenipotenciario en la republica Argentina, cumpliendo su misión con sagacidad y acierto, poco después cuando la situación internacional del Perú se ofrecía cargada de nubes, se encargo del portafolio de relaciones exteriores encaminando los negocios externos del Perú en forma inteligente, creando un ambiente de comprensión y de cordialidad con las naciones limítrofes con las que se había producido rozamientos por diferencias de fronteras, en ese entonces firmo a nombre del Perú un tratado de comercio con Bolivia, poniendo fin al incidente del rio Heath, gestión tan admirablemente cumplida hizo que el senado casi en su totalidad aprobara su conducta, es entonces que Prado igualmente prepara la defensa de los derechos del Perú sobre la zona en litigio con el Brasil.

Unos años después es nombrado decano de la facultad de filosofía y letras de la universidad de san Marcos, luego elegido senador por Lima y revelándose en su cámara como un orador brillante y de pasmosa cultura, durante su mandato parlamentario que fue de 1907 a 1913 toco todos los problemas nacionales con visión y profundidad, fue varias veces presidente de la comisión diplomática del senado, en forma paralela en 1910 ejerció el ministerio de gobierno y de guerra y fue presidente del consejo de ministros, en 1914 año de la guerra mundial fue elegido jefe del movimiento en favor del restablecimiento del voto ciudadano, en 1915 es candidato a la presidencia de la republica, la que rechazo por modestia y no querer complicar la situación política de entonces.

Desde que en la universidad de san Marcos iniciara su labor intelectual con éxito, las mas doctas instituciones científicas hicieron recaer sobre el las mas honrosas distinciones, la de miembro corresponsal de la real academia de la lengua de Madrid, el titulo de la real academia de historia Matritense; en cinco lustros de labor dio cima el doctor Prado a las siguientes obras:

El método positivo (Lima 1890)
La evolución filosófica (Lima 1891)
La teoría de lo mejor en el arte (Lima 1896)
La educación nacional (Lima 1899)
El problema de la enseñanza (Lima 1916)
El genio de la lengua y de la literatura castellana y sus caracteres en la historia intelectual del Perú (Lima 1918)
La nueva época y los destinos históricos de los estados unidos (Lima 1919)

El 25 de junio de 1921 en forma inesperada en plena madures y cuando la patria esperaba de su talento y civismo obras tan valiosas, desciende a la tumba este muy ilustre y egregio limeño, todo el Perú se conmovió ante su desaparición y en su tumba el doctor Manuel Vicente Villarán emitió el siguiente juicio:
“las facultades de pensamiento y de acción se armonizaban en don Javier Prado en bellas proporciones y el mas noble idealismo, reunía Prado un espíritu estudioso y reflexivo, no aspiraba a poner en ejecución crudas teorías ni vacías formulas inadaptables a los hechos, dominaba en su personalidad una exacta ponderación , que se revelaba en sus obras literarias, gustaba del concepto sereno y justo, de la calificación moderada y equitativa; fue Javier Prado Ugarteche la personalidad mas poliédrica de su época y la fatalidad de su temprana desaparición, trunco su obra que habría tenido relieve continental”.