Tenía su negocio de hacer tatuajes, cuadros de fotos de muchos tatuajes entre estos felinos, carpas japonesas, dragones lo adornaban, se había hecho de una fama como un buen tatuador, formas y dibujos salidos de su mente los plasmaba en la piel de las personas, era nato en él hacer dibujos y formas abstractas o imágenes que le pedían, tomaba muy en serio su trabajo, siempre que encendía la máquina para empezar a tatuar el sonido agudo que ésta emitía lo concentraba tanto que siempre terminaba un tatuaje, nunca dejo alguno en dos partes, siempre hacia el trabajo de una vez y con gran maestría.
Una mañana entro una joven y le dijo que se quería tatuar, él le pregunto:
-¿Qué tipo de tatuaje quiere?-
-Quiero tatuarme esta foto-le respondió.
-Muy bien-le dijo-está segura de que eso es lo quiere-le recalco.
-Totalmente-dijo la joven.
-Sera para siempre-le insistió el tatuador.
-De eso se trata-le contesto la joven.
Empezó a preparar los utensilios que iba a necesitar, preparo la máquina para tatuar y el sonido agudo lo concentro tanto que empezó de inmediato, no le aviso a la joven que empezaría, ella sintió un poco de dolor, él le dijo:
-Lo siento, disculpe por no haberle avisado-
Comenzó haciendo un contorno en color negro, notó que, lo que tenía que tatuar era la foto de un señor, la cara de éste un poco alargada, tenía el cabello rubio recortado, con una barba a medio crecer, la nariz un poco larga, ojos claros color verde, la apariencia le pareció conocida y apuesta, sintió un poco de curiosidad y le pregunto a la joven:
-Disculpé, ¿Pero quién es esta persona?-
-Es una persona que nunca conocí o mejor dicho no he conocido personalmente, me dijo mi madre que este es mi padre, que cuando estaba muy pequeña nos abandonó, no supimos más de él, pero siento que debo tatuarme su rostro para tenerlo en mente, para recordarme que ha dejado un pasado inconcluso, una hija que a lo mejor no conoce, el tatuaje me recordará también el desamor, el desinterés y el cariño que tanta falta me hizo-
-el tatuador sintió que había tocado un tema sensible-noto que una lagrima salió del ojo derecho de la joven, esta se la quitó con la mano.
-Siga no hay problema-le dijo la joven.
Al cabo de un par de horas había terminado el tatuaje, la joven se paró de la silla y se fue directo a un espejo, ahí notó que el tatuaje había quedado de maravilla, era casi idéntico a la foto de donde lo habían tomado, le dio la mano al tatuador, un abrazo y se despidió de éste, cuando iba salir de local le dijo:
-Tiene un gran talento, me parece raro pero sus ojos me recuerdan a alguien y salió del local-.
Otro día entro un joven, paseo por todo el local observando las fotos y dibujos de los tatuajes, la persona que ayudaba al tatuador le dijo:
-¿En qué le puedo ayudar?-
-Quisiera hacerme un tatuaje en el brazo derecho, específicamente en el antebrazo-le respondió.
-Muy bien espere un minuto ahora llamó al encargado de hacerlos-le dijo.
El tatuador salió, se presentó ante el joven, y le pregunto qué era lo que tenía en mente, el joven saco un papel de su bolsillo, en este había un nombre escrito en letras góticas, el tatuador lo observo y le dijo:
-Este nombre te quieres tatuar-
-Sí, así es, esto es lo que quiero-le respondió.
-¿Estás seguro, porque será para siempre?-le recalco.
El tatuador ordeno los implementos y mezclo unos colores para hacer el tatuaje, encendió la máquina y el sonido lo puso en trance, respiro profundamente y le dijo al joven:
-Estás listo, ahora comenzamos-
Empezó delineando el contorno de las letras góticas en color gris oscuro, cada letra fue quedando plasmada en la piel del joven, cuando estaba por aplicar otro color más oscuro, sintió una sensación extraña en su interior, apago la máquina para ya no escuchar el ruido, el joven notó que el tatuador se había detenido y le pregunto:
-¿Qué le pasa?-
-No, no es nada, solo fue una distracción, continuemos-le dijo.
El tatuador siguió con su tarea, cuando está por terminar la última letra le preguntó al joven:
-¿Por qué te quieres tatuar ese nombre?-
-Porque es el nombre de mi padre, tengo vagos recuerdos de él, no sé qué le paso, pero me dejo cuando estaba muy pequeño, no tengo rencores contra él, algún motivo tuvo que tener para haberlo hecho, uno no se va o deja abandonada a las personas que más quiere así no más, me recordara también las cosas que no debo hacer si es que llego a formar una familia, es así de simple-le respondió.
El tatuador termino su tarea, el joven miro el trabajo hecho en el espejo, observo el tatuaje desde varios ángulos y le pareció fenomenal, se despidió del tatuador con un apretón de manos y al retirarse le dijo:
-Gracias por el tatuaje, tiene un gran talento, fue un gusto conocerle mi nombre es….-
El tatuador respondió amablemente también extendiendo su mano y le dijo su nombre, en ese instante ambos se quedaron admirados y observándose uno al otro, el joven lo miró intensamente a los ojos y le dijo:
-Es el mismo nombre que me he tatuado, ha de ser una coincidencia, nada más-
El joven salió del local muy pensativo, atravesó la calle que estaba frente al local y despareció entre la multitud que caminaba en la misma, el tatuador se quedó sentado mirándolo y algo pensativo; durante todo ese día pensó en lo que le había pasado, se paró frente a un espejo se quitó la camisa y observo un tatuaje que tenía en el brazo ya muy desgastado por el tiempo, eran dos letras, dos iniciales de dos nombres una empezada con la letra K y la otra con la letra J, tomo la máquina para tatuar, la encendió y se concentró lo más que pudo, respiro profundamente y empezó de nuevo a darle color y brillo al tatuaje, delineo las letras en color negro y las relleno cada una en color amarillo, el tatuaje quedo como si se lo acaba de hacer, se paró junto al espejo y lo observo de nuevo, una sensación de melancolía y tristeza le embargo todo el cuerpo.
Tomo otra máquina para tatuar y un color azul profundo, miro el lado derecho de su pecho y dijo: “Acá está bien”, empezó con la maquina a tatuarse unas palabras en el color que había escogido, las hizo en forma de caligrafía y legibles para que él y otras personas las pudiera ver y leer, termino de tatuarse y tomó una maletín que tenía a la mano, se pudo una chaqueta sin mangas que portaba, llamó al ayudante que tenía en el negocio y le dijo:
-Quedas a cargo del negocio por unos cuantos días, tengo algo importante que realizar-
El ayudante lo observo muy sorprendido y le respondió:
-Pero tú eres el que mejor hace los tatuajes yo no los hago tan bien-.
-Eso es tu problema, quedas a cargo nos veremos luego-le respondió el tatuador.
-¿Pero a dónde vas y que vas a hacer?-le pregunto el ayudante.
El tatuador simplemente se quitó la chaqueta sin mangas que portaba y le mostró el tatuaje que se había hecho y le respondió:
-Hare lo que nunca hice y que me remuerde la conciencia todos los días-.
El ayudante notó en el pecho del tatuador unas palabras y frases que decían:
“Aún es tiempo de remendar el pasado, nunca es tarde, no todo es para siempre, responderé algunas preguntas a dos hijos los que abandoné y deje sin explicaciones”.
El tatuador se puso de nuevo la chaqueta y salió del local, camino hacia el este y desapareció entre la multitud que caminada cerca del local, el ayudante lo observó hasta verlo desaparecer, se levantó del asiento y fue a la puerta principal le puso llave, dio vuelta al letrero que estaba en la misma y lo cambio para que la gente observara que decía cerrado y dijo:
“Todos tenemos tatuado un pasado, a veces hay que borrarlo”.
|