Todos los que forman parte de ésta locura tan necesaria que es la literatura, están eternamente inmersos en una lucha para controlar a sus demonios y fantasmas internos. Escribir, crear, hacer, es de alguna manera la única forma de liberarse.

Qué es lo que motiva a un autor a escribir?

Bastante se ha dicho acerca de este tema, algunos dicen que el que escribe le ha sido otorgado el Don de la palabra, y por consecuencia, un cúmulo de posibilidades. Escribir es para muchos, la única manera de comunicarse coherentemente, puedes pensar lo que dirás, la intención, la intensidad, meditar con toda calma, acariciar las palabras, jugar con ellas.

Pablo Neruda, en un fragmento de “Confieso que he vivido” nos dice lo siguiente acerca de las palabras:
“Son tan hermosas que las quiero poner todas en mi poema… Las agarro al vuelo, cuando van zumbando, y las atrapo, las limpio, las pelo, me preparo frente al plato, las siento cristalinas, vibrantes ebúrneas, vegetales, aceitosas, como frutas, como algas, como ágatas, como aceitunas… Y entonces las revuelvo, las agito, me las bebo, me las zampo, las trituro, las emperejilo, las liberto…”

Cuánto poder tienen las palabras!, y mas cuando están en manos de un escritor y se encuentran incrustadas en su pluma, como esperando para brotar con libertad.
Desde mi muy humilde opinión y tal vez alguno estará de acuerdo conmigo, alguien escribe cuando su mundo esta de cabeza, cuando hay alguna alteración que modifica la rutina, cuando hay un estímulo superior a lo ordinario. Entonces se produce la catarsis y nacen las ganas de escribir, y esto a su vez se convierte en una serie de consecuencias, porque una vez que se ha escrito, se deja inmortalizado el sentimiento con el que se hizo, queda para la posteridad, cada vez que se lee y se relee, el sentir aflora de nuevo, como cuando se siembra una semilla, de esa manera se escribe, del texto emerge una planta, y la planta da frutos, da flores, da memorias...
A veces pienso que los escritores son celosos con sus sentimientos, porque no los dejan ir, simplemente no lo quieren superar, ahí quieren tenerlos para presumirlos, “mira, yo sentí esto y no tengo miedo de que se enteren”
Yo amo a los escritores, los hay de tantas formas y colores, como para bebérselos en forma de café, fumarlos cual cigarrillo, embriagarse con ellos hasta perder el sentido.

Bravo por ellos!

Saludos cordiales a todos!