Don Camilo Sanladrón
es el director de Banco
que nos engañó,
señor juez.
Nos prometió.
a mi compadre y a mí,
que los treinta mil euros
que teníamos en la cartilla
para pasar la jubilación,
se multiplicarían por mil
si pasábamos nuestros ahorros
a activos preferentes.
¿Y qué sabemos
de esos tejemanejes
mi compadre Paco y yo?
Dijimos: Pues si usted dice,
que el negocio es perfecto,
y no se corre ningún riesgo,
confiamos en su palabra.
-Firmen aquí, caballeros.
Desde este momento,
sus ahorros pasan a ser
Activos Preferentes.
Esto por ser buenos clientes.
Lo mismo hizo con todo el pueblo,
gente humilde en su mayoría.
Nos estafó, su señoría.
Cuando quisimos disponer
de nuestro dinero
nos dice el banquero
que no podemos sacar ni un euro
hasta que haya pasado
¡ciento veinte años!
¡Esto es un engaño!
¡Pero si ya estamos jubilados!
-Al señor director de Banca
don Camilo Sanladrón
se le declara inocente
de la inversión en Preferentes
que negociaron ustedes dos.
Fue la sentencia del juez.
-¡No puede ser!
gritamos mi compadre y yo.
Ya absuelto de toda acusación
el directivo bancario
se mofó del engaño
en nuestras mismas narices.
Y enseñándonos los dientes,
el sinvergüenza nos dice:
-"Son sólo ciento veinte años".
Estamos dentro de un tractor
mi compadre Paco y yo,
escopetas en mano.
Tranquilamente esperamos
a don Camilo Sanladrón.
Paco, tú le apuntas a la cabeza
Yo le disparo al corazón.
Dedicada a la buena gente
atrapada en las Preferentes.