“La muerte de nadie”
Mendoza, 7:00 am, un hombre fue encontrado muerto a orillas del zanjón de los ciruelos; Un hombre al que nadie conocía, no llevaba identificación en su bolsillo, quizás era un carpintero, mesero, cartonero, sastre…pero eso a ¿quién le importaba?…era nadie y como la nada misma se fue…
Los primeros indicios daban a entender que su muerte había sido causada por los golpes, de quién sabe cuántos…el número no interesaba, como tampoco quién era él. Podría haber sido alguien importante, un marinero, un abogado, un influyente político, pero no…no era nadie…nadie se acordaría de él. Por lo que suponen los peritos un don nadie lo mató.
Alrededor de las 14:30, una mujer desaliñada con ciertos ademanes toscos, se acercó a la seccional con su pequeña hija para reconocer el cadáver…quién sabe qué hubiese sucedido si nadie se hubiera presentado a reconocer el cuerpo helado. Tal vez el desconocido hubiese sido útil para los estudiantes de medicina o tal vez lo hubiesen puesto en una fosa común ¿Quién sabe?
Como entraron… salieron, el rostro del difunto no era el esperado por las dos personas, entonces, una vez más era nadie…sucedió lo inesperado…sin identidad y sin un destino compatible con la muerte, enterraron al vacío, a un don alguien, del que nada se sabe…ni su nombre, ni su olvido…