Estoy preparando mis enseres, para disfrutar de un dia maravilloso. Ya tengo mi mocila abierta, preparada, para que la llene. Ella no quiere que la cargue, ya intuye que su viaje va a ser largo. No en el maletero si no en mi espalda.
Se cierra se encoge, para que no me entusiasme y heche lo justamente necesario. La mochila me mira no me habla, esta deseosa de descubrir mi mirada, a su lado encima de la cama, empiezo a poner lo que va a llevar en sus entrañas.
Cierra mis cremalleras, me a tenido escondida en un armario antiguo como mi fachada sin restaurar. Me podria haber deshauciado sin embargo, me guardo en su trastero, donde convivi, con tazas de bater usados, frios hechando de menos el calor de los muslos.
Por primera vez en mi vida, siento en mi corazon lleno de bolsillos, que mi compañia no va a ser un trapo, cosido descosido de tanto cargar.
Me levanta, me hecha en su espalda, me admira su confianza, me siento afortunada de compartir su destino. |