Anhelo tu presencia cercana a mi
tu calor, tus labios, tu aliento...
tu cuerpo, tu todo.
Recuerdos que evoco en sueños,
fragancias, caricias, besos...
y tú tan lejos, inalcanzable.
El temor a hacernos daño nos frenó
lágrimas, dolor, insomnio...
recordaban nuestros corazones.
Perdimos mucho tiempo curándonos
cicatrices, llagas, sangre...
un mutuo pacto de soledad.
Son esas soledades que siento ahora
anhelo, extraño, sufro...
que injusto el destino, nos alejó.
Disculpa por no darte la oportunidad, por mirar al pasado y nunca a ti.
Solo me queda decir: Perdóname. Y si en otra vida nos volvemos a encontrar, no te volveré a dejar ir, te reconoceré, pues te imprimiste en mi alma. |