Con su techo de paja sus tabiques de adove la alfombra reposa sin sobresaltos calentando el brasero sin picon sin leña la puerta abierta de esperar al silencio de su cerradura que sueña con despertar a las llaves que duermen en mi dulce morada.
Texto agregado el 05-08-2013, y leído por 198 visitantes. (3 votos)