En algún lugar del universo yo ya no soy. No respiro de la misma forma que lo hice hace algunas semanas atrás, ya no doy los mismos pasos inútiles a tropezones cada mañana. No me visto de la misma forma, no me peino en la madrugada y ya no levanto la mirada. No soy. Hoy seré otra, sin embargo, dependiendo de mi pasado. Mi corazón es una bomba que dejó de sangrar, para pasar a ser la roca más dura encontrada en cualquier sedimento. Mi corazón era el más frágil y no te diste cuenta, necesitaba la calidez de un cuidado intensivo, de un suministro de droga todos los días. Las cartas que guardé son evidencia que estuve sufriendo semanas, te pensé años y te quise desde que te conocí, sin conocerte. No te imaginas la turbación que siento, por dejarte ir, por haberte entregado mis mejores momentos, por haber celebrado contigo y sin ti a la vez, cosas que no existían, que estaban dentro de nuestra mente y nada más.Eras vida, sigo insistiendo, para mí, para mis pequeños momentos, para mi inseguridad, la inseguridad que pusiste lejos en tan poco tiempo. Me entregué a ti sin oponer fuerza, sin callar. Noté que era más feliz contigo, y entendí que cada pelea me afectaba doblemente que si me enojaba conmigo misma. ¿Era infeliz? Quizás sí. No cambié mi forma de ver la vida, pero no entendí por qué las peleas. No soy. No más. No miraré mi pasado, lo llevaré conmigo en silencio. No lloraré más en las noches por más de una hora, lo haré por diez minutos. No me vestiré con colores grises, seré un arcoiris. No escucharé canciones desgarradoras, haré que se transformen en la melodía perfecta para pasar mis penas. No leeré los mismos fragmentos de los libros, para pasar a explorar el libro completo. No iré a visitar el mar por las mañanas, lo haré en la tarde, cuando el sol se esconda. Y no leeré las cartas que dejé escritas para ti, las que no llegaron jamás. Sentiré un vacío mucho más grande que el que tenía antes de conocerte, pero preparé mi mochila llenas de sueños y me iré, para que cada lágrima derramada quedé aquí, y me vaya con los mejores momentos.
Hoy me levanté y mi ventana estaba abierta, sentí el viento en mi cara y sonreí. Ya no duele.