Alfombra Roja
Por ti vendí mi cuerpo,
prostituta como madre por su hijo,
vendí mi alma al mundo,
por llenarte de oro,
por colmar tu ambición.
Renuncié a mi dignidad,
por ti, siempre sonriendo;
fue poco,
nadería para tu deseo.
Mi cuerpo, mi vida desnuda,
era poco para ti,
siempre deseando lo inalcanzable,
siempre queriendo la alfombra roja
que nunca pisarán tus pies,
objeto de mis besos y mi pasión.
Rechazaste lo que te ofrecí,
todo mi Amor,
ahora sigues tu camino, sola…
Algún día, si el Padre quiere,
llegarás a tu destino.
Tal vez frio y cruel...
Aguilagris
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