Toda la noche conversaron mis gemelos. Toda la noche escucharon y sintieron. Toda la vida acumularon y supieron, y dijeron:

Amanece. Qué día! Qué bella mañana! Què me deparará esta aurora? Cuantas delicias disfrutaré antes de que me suma nuevamente en el abrazo (delicioso) de Morfeo?
Qué sensación! Qué sincera sonrisa hay en mi rostro! Olvidaré alguna vez esta impresión, esta esperanza que me llena como la luz de este nuevo sol? Perecerá en mí la conciencia, el instante, la emoción? Entenderé por fin aquello que ignoro?
Qué vida! Qué vertiginosas preguntas surgen hoy! Volveré a nacer, todavía una vez más? Nacerán nuevas ideas, cambiará el mundo, se nos humedecerá la vida por fin? Será ese cambio posible de soportar?

Mis gemelos siguen conversando... Mi cabeza se llena del eco de sus voces y mi espalda se retuerce con un escalofrío. Un minuto para contemplar.




Maravillas! Inconfesables delicias, deliciosas, qué delicia! Llénenme! Invadan mi mente imprudente y sin murallas! Feliz! Infelices quienes ignoran, quienes sufren, quienes temen!

Infelices, silencien sus miedos, olviden sus quimeras, sacrifiquen sus verdades! Infelices, escuchen sus sueños, recuerden el amor, glorifiquen su elección!

Hablen. Griten. Con rabia! Con odio! Con pasión! Con amor! Con humildad y con soberbia, griten! Amen sus ideas, sepan que son falsas. Odien sus ideas, sepan que son ciertas. Hagan el amor y no esperen... Hagan el amor y lloren con sinceridad, porque han vivido la culminación de su existencia. Escuchen...

Vibra el mundo y se retuerce en su absurda belleza! Un ser hecho para percibir, un ser hecho para crear, un ser hecho de yuxtaposición!
Qué feliz se puede ser con tan poco...