Caballo de Troya
En la penumbra de mi habitación
Bruno y Marrone acompañan mi insomnio.
yace tu ropa en el contenedor,
como mi corazón, desamparado y frío.
El odio y el Amor luchan encarnizadamente,
enfrentando mis recuerdos,
por conquistar mí torre,
indecisa ante el barquero.
El caballo de Troya de tu Amor maldito,
astuto, sigiloso, tenaz,
va penetrando en mi cerebro,
inclinando la balanza.
Mi alma desahuciada,
mi sexo descarnado,
se debaten en mi celda,
sin pan, sin agua, solo frío…
Mi Esperanza
ante el último estertor,
vislumbra la guadaña,
y se aferra al acantilado,
por si Dios viene en mi ayuda.
Aguilagris |