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David se dirigió al puente a mitad de la madrugada, poco antes del amanecer. Su propósito era claro: arrojarse de ahí para acabar con lo que él llamaba su miserable vida. A él nadie lo había amado de verdad, su existir se resumía a una sucesión interminable de desdichas que enloquecerían a cualquiera y que ya no estaría dispuesto a continuar soportando. A pesar de llevar apenas veinte años sobre la faz de la Tierra, él no deseaba vivir ni un segundo más, porque ya no valía la pena seguir respirando. Todo debía terminar lo más pronto posible, y nada lo haría cambiar de opinión…o al menos eso creía.
El joven arribó a su destinó a las seis de la mañana. El cielo se aclaraba ligeramente, anunciando la llegada del sol. Con gran agilidad, David trepó a la cornisa del puente y se concedió a sí mismo la oportunidad de darle un último vistazo al entorno que lo rodeaba antes de quitarse la vida. Las aguas del río a las que habría de arrojarse se mostraban inusualmente tranquilas y sosegadoras, pareciera como si se hubieran amilanado para indicarle al suicida que recapacitara y no procediera insensatamente. Repentinamente, David escuchó pasos cercanos y volteó la cabeza: efectivamente, detrás de él estaba una bella joven más o menos de su edad, de cabello rubio dorado, vestida de blanco reluciente y que lo miraba con serenidad.
-¿Quién eres?- le preguntó a la desconocida.
-Alguien que está al pendiente de muchas personas.- se limitó a responder la mujer con una leve sonrisa y una melodiosa voz que a David le acarició los oídos.
-No lo creo- desestimó David-. Ahora, por favor, te pido que te vayas, que esto que haré lo quiero hacer solo, como lo he estado en toda mi vida.
-En realidad no has estado solo por toda tu existencia, David-aseguró categóricamente la muchacha.
-¿Cómo rayos sabes mi nombre?-inquirió extrañado David.
-Yo sé mucho más de lo que tú crees, al igual que lo sabe el amo a quien yo sirvo- afirmó de nuevo aquella misteriosa chica-. Muchos creen saberlo todo, pero sólo incurren en volverse tremendamente soberbios y déspotas. Otros, como tú, caen en la desesperación total, al poseer la absoluta convicción de que lo único que han obtenido en sus vidas es el desamor y marginación del género humano, y piensan que adelantando el término de sus existencias por su cuenta acabarán con su pesar, aunque no sea así en verdad. La sabiduría no reside en saberlo completamente todo, sino en aplicar cada conocimiento del mejor modo posible, y eso puedes empezar a llevarlo a cabo cualquier día…como hoy, por ejemplo; así como también puedes aplicar una lección de sabiduría aprendiendo a levantarte de cada obstáculo en el que caigas, por más profundo que este parezca, y seguir adelante sin rendirte nunca.
David oía tales palabras y le parecía tan raro que esa desconocida supiera tanto de él y, sobre todo, que lo que le dijera se ajustara tanto a la situación por la que él atravesaba. Era como si estuviera refiriéndose específicamente a su persona y, en concreto, le diera el mensaje de que desistiera de sus autodestructivos propósitos y de que todo, absolutamente todo, podía sortearse si se tenía fe y esperanza en uno mismo. Y, de pronto, el joven sintió renacer el deseo de vivir, de ver las cosas hermosas que hay en el mundo, de conocer a gente con la cuál pudiera compartir sus sentimientos y experiencias, de sonreír sinceramente; y ya no quiso morir. Un cambio obró en cuestión de instantes. Para cuando el sol apareció en el horizonte matutino, David ya había bajado del puente con la intención no de suicidarse, sino con renovados bríos de existir.
-Gracias-le murmuró a su acompañante, mirándola una última vez.
-N hay nada que agradecer, porque tal es mi misión-contestó ella con una muy amplia y reconfortante sonrisa.
David se volvió para mirar el naciente día y, unos segundos más tarde, volteó para mirar de nuevo a aquella joven que prácticamente le había salvado la vida, pero en el momento en que lo hizo, se percató de ella ya no estaba a su lado y que, al igual que había llegado, se había marchado.

Texto agregado el 30-07-2013, y leído por 244 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
25-12-2013 Es inspirador. Es un compendio de buenos consejos. Da igual quién era la chica o qué hacía allí, lo importante es lo que obró con sus palabras, y que cale el mensaje como lo hizo en el protagonista, devolviendo la esperanza. ikalinen
22-09-2013 TIERNO Y ESPERANZADOR ESCRITO!!! reina
30-08-2013 Una pincelada angelical!!! muy ameno leerte reina
15-08-2013 Y se tiró. (Condenados angelitos, vienen y se van como si fueramos simples pétalos entre sus manos). Tienes cierta brisa reconfortadora, no dejes de hacer volar esa pluma. stracciatella
31-07-2013 esperanza y ternura, muy buena historia. jaeltete
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