Tú, siempre desdeñado
que endiosas, otra vez, tus huesos en soledad
y cede tu voluntad ante cualquier orgasmo.
Tú que siempre esperas
a un mesías desnudo y clavado
para entregarle tus culpas
y tu sudor.
!No!
No vale andar por allí
y erguir la espalda
si un secreto destruye tus pies.
Porque mi mierda y el olor de mis axilas
son mas benditos
que cualquier templo y cualquier rosario.
Tú que coleccionas pequeños pecados
para entrar al paraíso
eres culpable de censurarte tanto
y alimentar tu años de rezos
pero sabes
aunque siempre calibras la voz
que es frágil hasta el cansancio.
Texto agregado el 28-07-2013, y leído por 96
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
30-07-2013
Muy fuerte y profano, lo he de decir, pero a la vez mantienes un estilo muy definido. Interesante.... meduermocontigo
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