Hoy desperté para no sentirme niña
En un mundo desprecio y compraventa sexual
Niñas destrozadas por prejuicios y entre riñas
Marginadas por la gente de su gran comunidad

La que vende a los turistas con dotes de empresarios
Niñas sin futuro por su mancillado pasado
No crecerán, entre caricias de los más viles corsarios
Viejos enfermos en vida, viejos en la sociedad vedados

En esas tierras lejanas gente así puede evadirse
Los ancianos que acarician muslos de terciopelo
que ni mucho menos merecen y que lo hacen por divertirse
niñas de burdeles en una carcel sin cielo

Niñas que no sueñan ni tan solo con escaparse
Pues las hacen sentir como seres degradados
Ese es el negocio de los muchos traficantes
Sin denuncia de clientes porque son de su agrado

Penetradas sin placer, sometidas con daño
Vida de silencio, vida de abuso humano
Les usurpan la intimidad incluso en sus humildes baños
Y promocionan la virginidad de su ya poseído ano

No se enamoran ni podrán jamás hacerlo
Pues los jóvenes exigen una chica con linaje
Su profesión obligada les condenan como a cerdos
Que su vida pasa entre al matadero pasajes

Lo que no consigo explicarme, es que esos hombres son padres
Y sin embargo raptan el honor de esas niñas nobles
Exigiendo que sus hijas se hagan por los hombres respetarse
Hipocresía patética, de principios muy pobres

Me pregunto como verán a esas nietas juguetonas
¿Con perversos ojos? ¿Cómo inocentes criaturas?
Pobres cuerpos mutilados y objetos de tortura
Son esas niñas del mundo ahogadas en un mar de olas.