19.11.01
Ruidosos y alegres:

El entonces Señor feudal se levanto a las 8:53, sin
ruido de aviones (le daban mucho miedo) ni esperanzas de avistaje.
García, operario lucido y experimentado,
busco entre sus pertenencias unos preservativos
fosforescentes. Algunas noches se los ponía y jugaba a la fiesta rave, claro que siempre acompañado de una
raver diferente. En un instante los gusanos se pararon
de sus asientos, emocionados por la presentación.
Gómez se dirigió nuevamente al sueño y dijo: “les
ruego a todos los presentes sacar sus lápices y
papeles y escribir las paginas de la mañana de Julia
Cameron. Un distraído pregunto “¿de Camarón Jackson?”,y otro soñoliento dijo “los lunes en el Jazzone son aburridos”. Periquito clavo su mirada sobre el clavito
y telepáticamente tumbo a los que hacían comentarios tan inútiles.
Los desenchufados hicieron lo propio dentro de sus
sueños e inevitablemente les crecieron esporas de plata en la garganta (que luego caerían y dejarían unas bellísimas cuerdas vocales al descubierto). Tito,
como siempre, buscando el camino se detuvo delante de una tienda y no supo que pedir, cobardemente entro en su sueño para nunca más salir.
“Nosotros haremos lo propio” escuchó de un grupo de gente que celebraba algo así como el aniversario de Catalina Huanca.
Ni los perros azarosos ni las gaitas iluminadas,
ladraron tanto ni alumbraron de mejor
manera figura femenina alguna.
Su busto, delineado, sin temor a errar, en Octubre, se veía como una
repetida imagen setentera. Rojas y Benedicto
dispararon al aire un millón de veces .La alergia
ataco a ambos cuando aun eran chicos y no estaban vacunados, pero sus rostros reflejaban el éxtasis en el que se encontraban.
“!Ni pensarlo!” se oyó la voz fuerte de algún
desaforado y pisadas rápidas de muchos. El gentío se arremolino detrás del sueño, justo entre la vigilia y la soledad.
Cada uno defendía su derecho a la creatividad. En sus rostros se leía el discurso de un
campesino letrado llegando al congreso, romántico e
ingenuo, pero decidido. “!Nunca permitiremos que hagan
lo que quieran!”. El altavoz que ahora utilizaba el
sátrapa retumbaba en los oídos de todos, aun de los
que habían tomado demasiado. “Nunca temas a nada o lo que temes se cumplirá” le dijo Mardonio a Tebas.
Lo que les contare supera lo nunca antes visto ni
experimentado en la historia del arte.
Todos los que se sintieron atacados en sus libertades, hicieron su mayor esfuerzo creativo.
El censor,
acompañado de los represores, también.
Esto es lo que se vio y oyó:
“Naves destruidas y verdes ¡Arriesgadme!” “Tres chanchitos se dijeron bye, y
nunca lo repetiré” “Mi cerebro”. Las palabras volaban.
“Espuma de Esparto” “Duendeando entre algo pesado”
“!Violetaceas al himno!”. Los represores hacían lo suyo también “!Cállense, no pueden decir eso, tienen que
entrar en razón!”. Pero sin embargo, ni empacho, los
otros continuaban. “Juguemos en tu hierba mientras la
historia animada nos enseña el barco hundido en tu
ombligo de modelo austríaca ca...ca....ca...ca...ca”
“Violeta, topacio, amatista y tamarindo cerúleo” “Los pelos flotaban rojos en tu pereza desnuda” “Explosión de impacto rebelde y juguetón” “Amígdalas y aguas del cielo cantemos juntos ‘tanted love’.” “circonita peluda” “cielo macho” “religión espesa” “ Miríada de acero de cobre de madera” “Reloj apuestatico, que
apuesta contra ti y se acuesta con tu patito inflable” “Misericordia light” “Muestra de video Brayle”.
Mi corazón latía a mil. El represor se autorreprimio e
hizo lo mismo con el censor que trataba de censurar a las cosas inanimadas. En eso levante una piedra, y ahí,
en letras color granate, estaba escrito tu nombre:
“XENIA”


Juan Piaggio
Lima, Perú