Cuando ella posó sus ojos en mi y los míos se enredaron en los suyos, un gozo inmenso sentí y mi alma se llenó de arrullos. Un bello nombre: Ana María, un nombre musical y cadencioso, que combina en perfecta armonía, con su dueña de mirar precioso. Después de verla se iluminó el día, llenando de placer la vida mía; al sentir clavados en mí sus ojos. Me vinieron a la mente recuerdos idos, de amores de muchacho vividos y volvieron a mi cara los sonrojos.
Texto agregado el 22-07-2013, y leído por 398 visitantes. (1 voto)