Me gustaría navegar hasta donde estas, romper esa barrera gris de nubes que no me permiten ver el sol y me aleja de ti, recorrer en mi barca ese océano que nos separa, viendo nuestra estrella, acariciar el agua mientras se pasea entre mis dedos, imaginar que escucho tu voz susurrar una canción en mi oído; imaginar que siento esa brisa cálida de tu respiración pasearse coquetamente por mi cara.

Me gustaría no soñarte tanto, no pensarte tanto, no extrañarte tanto.

Me gustaría volar como en mis sueños, volar como tú me enseñaste un día, volar como esa brisa al amanecer que te abrazaba y tú con mirada perdida imaginabas volar también.

Me gustaría nunca haberte conocido para así nunca haberte perdido. O talvez me gustaría seguir yo perdido para no haberte dejado de conocer. En verdad me gustarían tantas cosas y de ellas tan pocas sin ti.

Me gustaría detener el tiempo y poder interpretar el lenguaje en que se manifiesta el destino. Navegar un océano y un mar. Casar atardeceres, atrapar recuerdos, envasar sueños y alimentarnos de besos.

Me gustaría no tener nervios, no tener miedo, no tener envidia, no tenerte en mi mente.

Me gustaría tanto que no fueras tanto. Me gustaría tanto no extrañarte tanto.