He sido tonto. He sido un idiota. Un idiota mas diciendo adiós, siempre decía ella que “era pésimo para despedirme, o talvez muy bueno”. Pero allá va, perdiéndose en el horizonte de mí vista irrumpida por la niebla, quizás se pierda de mi vista antes de tiempo pues mi transporte presume con un intermitente sonido una vuelta próxima. Izquierda o derecha, en realidad menos no podría importar.
-¿Por qué te vas?
-No se.
-¿Tienes miedo?
-No.
-Hay veces que no te entiendo, no se que quieres o como quieres que yo actúe.
-Creo que ni yo mismo me entiendo, pero no es culpa tuya.
-¿Por qué te vas?
-No entenderías.
-Inténtalo, ponme en prueba.
-No vale la pena.
Si supiera que todo lo que hago es por ella, por su bien. ¿Amarla? No creo, la quiero pero no la amo, podría amarla después de un par de años, la quiero eso si, bastante. El decir que uno ama a otra persona se toma tan a la ligera hoy en día que parece haber perdido su sentido. Mi prima dice amar a su novio al cual conoció dos meses atrás. Pobrecita, me da lástima y apenas tiene 15 años.
Cuando llegue a la estación de tren podía escuchar el rechinar de mis huesos al ritmo de los frenos de los vagones vacíos, llenos de gente pero vacíos, llenos de gente vacía a quienes solo les importa ahorrar sus centavos para gastarlo en el motel con sus putas, comprar ropa con el nombre estampado de un italiano decadente, pero no quiero empezar a hablar de ellos porque podría estar así por horas, tan solo quiero relacionar lo vacío de los vagones, a pesar de estar llenos de gente (vacía), con el vacío que sentía por abandonarla.
-Tú crees que si tuviéramos hijos serían lindos.
-Depende.
-¿De que depende?
-Si se parecen a ti más que a mí por supuesto que serían lindos, si se parecieran mas a mí no lo creo.
-No digas eso, eres lindo.
-No lo soy, y no lo digo para que digas que si lo soy con mas insistencia.
-Osea no eres un Jude Law pero eres suficientemente lindo para hacerme feliz.
-Aparte estoy medio gordo.
-No estas gordo, eres vanidoso y es muy distinto.
-Tengo llantas en mis costados, eso para mi es estar gordo.
-Y para mi eso es ser vanidoso.
-…No sabía que te gustara Jude Law.
-Ya te había dicho.
-¿De verdad?
-Si de verdad, pero nunca me prestas atención cuando te hablo.
-Bueno… apaga la luz.
-Yo la apague anoche, te toca a ti.
Quería cambiar al mundo. Bueno no al mundo, talvez tan solo quería cambiar mi manera de ver el mundo, y su esfuerzo no fue malo, algo ha cambiado en mí ahora que la dejo, pues nunca antes había llorado al despedirme, nunca había admitido que los motivos por los que partía era por mi estupidez, por mi miedo al compromiso. Talvez ya no soy tan malo para despedirme o talvez he dejado de ser bueno para hacerlo. Como quisiera que viniera a la estación y me detuviera, sin preguntar nada, tan solo que llegara y me diera un beso, me apretara las manos con las suyas, acariciara mi espalda y me pidiera que no me fuera. Pero eso no sucederá, lo sé porque ella no es impulsiva, los escasos desplantes de espontaneidad que tuvo fueron aplastados por mi apatía.
-¿Por qué te vas?
-…Porque soy un idiota.
-No, la idiota soy yo por creerte… ¿Por qué te vas?
-…Porque tengo miedo a enamorarme de ti, porque eres tan perfecta para mí que tengo miedo a que me rompas el corazón.
-Antes que te vayas déjame te pregunto algo, hay algo que suena debajo de tu pecho, se que acelera cuando me ves, lo se porque cuando me abrazas puedo sentir que suena fuerte y rápido, cuando nos acostamos y pongo mi oído sobre tu pecho puedo escucharlo ¿pero es en verdad un corazón lo que tienes? Te pregunto porque no puedo creerlo, porque me tienes aquí enamorada y con el corazón derritiéndose de tristeza porque sabe que te vas.
-Por eso viniste hasta la estación.
-Vine a detenerte porque no quiero que te vayas tonto, por si no lo has notado.
-Eres demasiado perfecta, esto no puede ser verdad.
-Tienes toda la razón.
-¿Es un sueño? En realidad nunca fuiste a la estación.
-No se, tan solo soy una parte de tu inconsciente, no soy omnisapiente, existe una probabilidad de que si haya ido pero lo mismo puede ser que no, la pregunta en verdad es ¿por qué sigues pensando en esto desde que partiste?
-Porque no me quiero ir.
-Entonces ¿Por qué te vas?
-Porque soy un idiota, porque soy un tonto.
-Así es.
-Tengo que despertar, tengo que tomar el primer tren en la próxima estación, tengo que volver y decirle todo.
-Buena suerte vaquero.
Soy una persona más en el vagón, soy una persona vacía mas en este vagón vacío. Había algo que me llenaba y que me diferenciaba de todos, era un hombre lleno y a eso fue a lo que abandone. Soy una abeja más de la colmena, un idiota egoísta. ¿Cuánto tiempo faltará para la próxima estación?
-¿Por qué permites que me vaya?
-¿Qué haces aquí?
-¿Por qué permites que me vaya?
-Porqué eres en verdad el idiota descorazonado que me dijiste ser.
-Soy un idiota, pero he vuelto porque me di cuenta que tengo corazón, y que este se derrite de tristeza sin ti.
-… ¿de veras?
-Si, no quiero ser un vagón vacío.
-¿Un vagón vacío?
-Si, olvidalo.
-No, creo que si entiendo.
-Bueno no importa, tan solo quiero preguntarte si tomarías a este idiota descorazonado de vuelta.
-Creí que habías dicho que te habías dado cuenta que si tenías corazón…cada vez eres mejor para despedirte, o talvez un poco peor.
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