bajo las escaleras que me llevan a la calle... tengo muchos libros en los brazos, y parece ser que tienen vida propia... les escucho gritarme y siento que estoy lejos de la realidad... tanto leer me llevó a esto... corro con todos los libros en las manos y sigo corriendo hasta llegar a un lugar donde hay mucha gente malsana... me detengo y les ofrezco los libros... ellos me miran y se dan media vuelta para seguir haciendo lo que todos hacen, es decir vivir... me siento en el piso y converso con los libros... les digo que es inútil... que mejor los dejo en casa... ellos tratan de expresarse a través del flamear de sus hojas y la fricción de mis dedos sobre las tapas de ellos... "somos tantos"... "tenemos que llegar a la inmortalidad"... cierto, les digo y con un palo muy grande, y sobre una piedra mas grande, me subo y grito con todas mis fuerzas que los libros nos pueden salvar de la cordura... la gente se queda inmóvil... no entiende nada y luego, como bajados de un platillo volador caminan en círculos... les miro y siento que debo tirarlos... lo hago y todos los libros se parten en pedazos... son libres, les digo mientras siento que unos brazos fuertes y sucios me jalonean hasta colocarme en el piso... luego, toda la gente empieza a patearme sin parar, hasta que noto el brillo de una estrella que se acerca hacia mí... ven, me dice... voy y voy y en mi acercarme a la estrella veo letras regadas por los cielos... y siento que soy un libro, una letra que respira en la eternidad...