Cierra los ojos y huye.
Sueña,
engáñate a tí mismo
¿cuál es la diferencia?
Ninguna. Miéntete y sueña.
Cobíjate en el silencio
sumérjete en la obscuridad.
Recuerda, rápido, recuerda,
¿aún recuerdas ese día?
¿aún te recuerdas temblando de miedo?
¿acaso no fue patético tu llorar?
Anda, come de esta obscuridad;
ahora, no tiene que doler mucho más;
acéptalo, vamos. Tú perdiste,
la podredumbre se hizo con tu corazón, doblemente.
Anda, bede la luz de la noche
sigue, abre tus ojos fríos y apagados. Gime.
Abajo, hasta que la obscuridad se haga materia
hasta que tu luz se ahogue.
Así, alza tu frente
así, llora a tu estrella.
Ahora, entregate a la obscuridad
nadie osará culparte, nadie más te tocará
una última vez, mírala una última vez
¿sientes eso, tu otrora corazón?
¿sientes la calidez?
Ahora, es tiempo
nunca más el dolor te tocará, todo está bien
engáñate una ultima vez, una última vez.
Recuéstate,
espera a tu estrella
duerme y sueña
y engáñate, y espera. |