Zapato, que vas y vienes.

Zapato, que vas y vienes;
que llegas en las mañanas
en busca de compañía,
con tu color de piel brillante.
Contigo caminaré
por esas calles
de pisadas nerviosas,
hasta que deje la piel cayendo.

Zapato, que vas y vienes,
no marches hoy y descansa,
como te pones viejo
también me pongo viejo,
con el pisar de tantas calles,
por encerrarme en tus entrañas.

Tu piel,
mansamente curtida
que protege a la piel mía,
se veía muy agotada
sin el brillo de aquel color.


Zapato, que vas y vienes,
en tu ir y venir,
llévame en busca
del que ya existe.

Ya no soporto a mi pie derecho,
Que en su desnudez y maltrato,
se me queja a cada instante.
¡ Y caminemos juntos !