Laureano había invitado a su amigo, a presenciar unas peleas de gallos.

El sitio característico para Laureano, era totalmente desconocido para Isaías quien asistía por primera vez a una gallera y empezó a observar todo lo que se vive al interior del Palenque.

Las jaulas donde permanecen los animales en un ambiente oscuro le llamó la atención y preguntò el por qué, de la penumbra. Laureano empezó a dar explicaciones sobre todo lo que Isaías interrogaba.

Al presenciar como se alistaba un gallo para una pelea, quedó intrigado por el ritual que se hacía al ejemplar. Fue revisado su agudo pico, Le fueron extendidas las alas y le aplicaron un spray que hizo aletear varias veces al animal. Sus rojas piernas fueron masajeadas suavemente, las uñas afilados con lima y después le pusieron una espuela falsa que más parecía una navaja y la sujetaron firmemente con esparadrapo.

Isaías miraba como el ritual continuaba en cada uno de los gallos que se alistaban para la pelea y con escasas variaciones se repetía cada uno de los pasos. Después de lustrar suavemente con la mano, las escasas plumas de un hermoso gallo colorado, le fue lanzada una gran bocanada de un licor anisado a la cara del animal, que inmediatamente se sacudió, se puso rojo su pescuezo y se alistó para atacar.

.- Para ti todo es novedad. Comentó Laureano y normalmente siempre en las galleras se pagan las novatadas.

.- Si, contestó Isaías, este es un mundo totalmente diferente y parece muy interesante.

Las puertas del palenque se cerraron y se anunció un nuevo encuentro en ese momento. Los jugadores estaban en el centro, cada cual con su animal bajo el brazo, listos a soltar tan pronto el juez diera la orden.

.- Quisiera apostar. Dijo Isaías.

.- Puedes hacerlo antes de iniciarse la pelea, le contestó Laureano.

.- Aconséjeme por favor, Dijo Isaías, Cual de los dos, es el gallo bueno.

.- Sin duda alguna, el bueno es el saraviado, contestó Laureano.

Isaías, por ser la primera vez, atendiendo el consejo de su amigo Laureano, hizo una apuesta tímida a favor del saraviado. Tres minutos después se inició la riña de gallos y el colorado, dio dos brincos por encima de su rival y ahí mismo lo dijo en el suelo tirado.

Isaías, se quedó mirando a su amigo Laureano y le dijo en tono de reproche

.- No me dijiste que el saraviado era el bueno…?

.- Si, repuso Laureano, mientras se dirigía sonriente a la caja a cobrar su apuesta, Tu me preguntaste cual era el bueno y yo te dije que el saraviado, porque el otro, el colorado es malìsimo, ese es un completo asesino y no tiene rival.