A veces un abalorio trae la noche perfecta haciendo que dos se miren por detrás de la tormenta. La estancia se viste de luz dejando la puerta abierta a los contenidos besos de la boca sedienta. Un tenue silencio al lecho complementa con ríos de pasión que al deseo alimenta. Pieles circumplejas que se dan cuenta de que solo es nuestro el viento de la veleta. Cuerpos complacidos en la poesía completa, la musa de los sueños hace callar al poeta. Por un collar. Joan Bosch 10/07/13
Texto agregado el 10-07-2013, y leído por 85 visitantes. (0 votos)