Hoy es un día grande. Llevamos tiempo preparando este momento. A nuestras casas han llegado los banderines y las pancartas para la inauguración. Mi mujer ha sacado nuestras mejores galas y nos vestimos de domingo, que digo de domingo, de comunión. Ha ido a la peluquería y está muy guapa. Los niños de punta en blanco esperan en un rincón mientras mi Adela me anuda la corbata.
A las cinco en punto salimos de casa, queremos llegar pronto para verle de cerca.
_¡ Que bonito a quedado! decimos boquiabiertos.
Suena la música, ha llegado la banda municipal, tras ella nuestro presidente hace su aparición.
Minutos de vítores y aplausos, por fin se hizo el silencio.
Y en este momento mi Juanito me tira de la manga.
_ ¡ Papá, papá, dice medio gritando ¿ donde están los aviones?
Todas las miradas recaen sobre mi hijo, quise que me tragara la tierra, de golpe, sin dejar ningún rastro.
Después oímos a nuestro presidente:
_ Queridos ciudadanos, tengo el placer de invitaros a pasear por nuestro aeropuerto, alguien que nadie más puede hacer. Aquí lo tenemos, recién estrenado, nos ha costado mucho tiempo y esfuerzo pero al fin podemos decir que...
La gente nos miraba, seguramente también se hacían la misma pregunta que mi Juan. Le cogimos de la mano y nos abrimos paso hacía la salida.
_ Para pasear tenemos el campo, les dije mientras me quitaba la corbata.
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