Desde la semana pasada se han dicho tantas cosas, que en ocasiones me pregunto ¿hay algo más para decir? tanto así que opte por sacarle las maletas a mis musas y desde las puertas del averno de mis propias letras ¡exiliarlas, bajo el atroz crimen de la traición!

Entregan el corazón a cualquiera, escriben a su libre albedrío no al mío, desatan maremotos donde solo hay polvo y asfalto y no contentas con eso, firman románticas cartas a mi puño y letra. Son desesperantes, incorregibles, sensuales y testarudas ¡todas unas ovejas negras unas niñas problema!

Creen que con un par de lagrimas, pétalos de rosas sobre mi cama y el recuerdo de tu sonrisa diluida en la luna me convencerán de no sacarlas de mi casa... Bajo mi negra capa y mi reluciente espada, ocultas las musas lloran suplicantes ¿madre no nos amas? ¿nos castigas por sentir como en los tiempos de antaño? ¿olvidaste tu esencia o el tiempo robo lo mejor de tu inocencia? Giro mi rostro al horizonte, sumida entre la ira y el dolor, al filo de la navaja se despide lo mejor de mí ¡por iniciativa propia creo yo, por desalmada dirían ellas!

Es por eso que a quienes se preguntan que paso con mis letras, solo puedo decir ¡no se murieron mis musas, ni me falta la inspiración! es solo que la triste realidad abrió sus ojos, cobraron más de la cuenta por sus favores y abusaron descaradamente de mi confianza... Hasta el punto de sacarlas de mi casa.

© Master Marat