Colombia despierta, ha llegado la hora
En que la brisa trae el rumor de una canción inconclusa
Que presagia, que augura tiempos difíciles
De la esclavitud al pensamiento, del andar libre menguado
De una tiranía con careta descifrada sobre el pentagrama
Viene disfrazado de democracia el enemigo, ya lo veo en sus ojos.

Conozco la herejía del yugo y la hambruna en los niños
Las fosas comunes, el ruido de la sierra desmembrando
La impunidad de la sangre aminorada como hilillos entre los dedos
Despierta y salta al vacío, al oleaje de la noche irascible
Que en las calles hay una fuerza como el viento hilvanando caminos.

No laves tus heridas, ya cicatrizarán con el tiempo diluido de las tardes
No te inclines más, escucha la palabra sosegada al viento
Qué te despierte el llanto de las viudas y sus hijos huérfanos
Que su dolor sea visible, que sea suficiente para arrojar la venda
Y cimentar nuevos caminos.

No podemos esperar más, hay una voz templada al fuego
Que nos grita, que nos hala como yuntas que nos enfilemos
No podemos seguir en silencio en esta patria llena de víctimas y falsos positivos
De umbrales con maliciosos recuerdos, de delitos impunes y leyes aciagas.

Pueblo mío levántate y arroja las semillas que parirá nuestro suelo.

Oye, mujer quijotesca, ven y recoge el fruto que será tu sustento
Y… tú; joven del mañana corta algunas flores y deposítalas en aquellas tumbas
Donde yacen los que afrontaron al precepto de corazón grande y garra firme.