El despertador nos alarma. Empieza un nuevo dia lleno de sorpresas por descubrir.
Nos asomamos por la ventana y un gorrion que ya a desayunado se caga en mi calva llena de pelos, que mas da me tengo que duchar.
Entro en la cocina, abro la nevera la leche con el pan de molde se rien a carcajadas. La mermelada de ciruelas abre su tapa temerosa, que me de cuenta que no es de fresas.
Son las siete de la mañana. Enciendo la vitroceramica, abro el cajon de los cazos, estan durmiendo, los despierto con una cazerolada. El cazo es un profesional y pone su culo a calentar.
Hecho la leche, su sonrisa es desnatada, unto la mermalada en la tostada achicharrada, abandono los desechos en la pila, es perezosa y de mala gana los acoge. Me dirijo al baño, mientras defeco, leo la prensa de la semana pasada. Continuara.