Permítannos presentarnos, somos los padres, los progenitores humanos que pertenecemos al globo terráqueo. No se ha dicho toda la verdad sobre nosotros, pues nos mantienen en un pedestal en el que nos atribuyen características como el amor y la paciencia para la crianza de los hijos, y en parte tienen razón. Pero no es algo que hayamos planeado, no queremos ser buenos seres para nuestros vástagos, simplemente nos sentimos humillados por el universo que nos lleva a tener relaciones sexuales para traer los hijos al mundo. No es posible que planeemos nuestra descendencia, lo que nos gusta es el placer instintivo que está en nuestros genitales, eso es lo único que nos interesa como animales que somos.

No sabemos qué hacer con nuestra sexualidad, así que la intuición nos dice que el propósito es dar vida, en eso nos sentimos contradictorios, puesto que no entendemos muy bien, cuál es el objetivo de que vengan unos seres inocentes al planeta de la carnicería frecuente. Lamentablemente no nos podemos controlar y los hombres embarazamos a las mujeres para calmar nuestra obscenidad, somos extremadamente concupiscentes y necesitamos ver que uno de nuestros espermatozoides, se convierte en un ser viviente para que nuestras ansias sexuales se calmen por un momento, luego repetimos el proceso una y otra vez hasta que ya no podemos más.

Nos sentimos orgullosos de nuestros orgasmos, pues es la forma de demostrar nuestro poder, la razón la usamos solamente cuando nos conviene, para el acto íntimo no la utilizamos, en ese instante nos llenamos de la más grande esquizofrenia existente, porque si no es así, no habría ningún embarazo, reconocemos que somos los más esquizofrénicos que pueden existir en el orbe, pues al hacer el amor nos llenamos de la más grande y absurda irracionalidad para poder generar la fecundación. Luego nos sorprendemos con los delincuentes, y tenemos consciencia de que realmente los máximos hampones somos nosotros, los que hacemos que un bebé indefenso nazca en el universo donde reina el sadismo.

No respetamos el derecho que debería tener cada humano de decidir si le gustaría nacer, o si preferiría abstenerse de pasar por el cosmos en el que todas las personas viven confundidas, violamos a nuestros herederos en ese sentido, pues los obligamos a ver la luz universal aunque ellos no lo deseen, no nos importa lo que ellos piensan acerca de la existencia, nos aprovechamos de que ellos no pueden decidir si quieren ser paridos y los forzamos a tener una fecha de nacimiento, luego también son forzados a poseer un día de fallecimiento. Queremos lo mejor para nuestros retoños pero no sabemos en qué basarnos, por eso a veces inventamos a los dioses para argumentar nuestra excitación.

Les voy a contar lo peor de nuestra historia, hicimos un pacto con la muerte, decidimos aumentar sus integrantes, en aquel momento en el que copulamos le dimos el poder a ella para que tuviera un nuevo trabajo para hacer, es por eso que somos los intermediarios, abrimos la puerta para que la parca crezca más y más, gracias a nuestras eyaculaciones.