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La mate por que era mía, era la mujer que amaba, no se como paso, no se ni que es lo que sucedió…Caminaba por el cementerio, junto a mis rosas rojas, estaba a la mitad de el, apunto de llegar a la tumba de mi amada Aztaroth, sus recuerdos era lo mas hermoso que tenia de ella, su piel tan blanca y tersa, parecía un ángel, sus ojos grises ese color que me encantaba, sus labios perfectos, su rostro tan bello, su cuerpo era mi delirio, sus manos tan suaves que cuando me tocaban sentía que la amaba y la deseaba aun mas…Nunca pensé que todo terminaría así, que este amor acabaría por parte de ella, jamás imagine que yo seria el asesino de esa hermosa hada…No quería hacerlo pero ella y esos locos celos míos me habían obligado…

Todo comenzó el día de mi cumpleaños 27, mis amigos me habían preparado una pequeña fiesta, ese día tenia un presentimiento de que algo bueno me pasaría, me vestí con algo casual como solía hacerlo, unos jeans, una playera de tirantes negra, con mi cinturón de cadenas negro, y por ultimo mi gorro, mientras esperaba a uno de mis mejores amigos decidí servirme una copa de vino, a los pocos minutos tocaron el claxon del auto, tome las llaves de mi casa y salí, en el camino hacia la fiesta iba platicando pero a la vez escuchaba una canción que siempre me había gustado.

Llegamos y mis amigos ahí estaban, baje del auto y todos me felicitaban, me sentía feliz al saber que le importaba a alguien, comenzamos a tomar y recordar los viejos tiempos, si aquellos tiempos, donde la inocencia era parte de mi…

No paso mucho tiempo en cuanto llego mi hermano y unos amigos mas de el, ahí entre ellos la vi, pare de tomar, me levante y apague mi cigarro, camine hacia ellos, y ella al verme me sonrío tan tiernamente que solo quería desvanecerme, me perdí en sus ojos y en su belleza, me intimido cuando me dio un beso en la mejilla, de inmediato le invite algo tomar, ella acepto, comenzamos a platicar, su vida me era muy interesante, por primera vez había encontrado a alguien así…eran las 3 de la mañana y mis amigos comenzaban a irse, yo no deseaba separarme de ella, no quería volver a mi soledad…

-No quiero que te vayas Aztaroth –Dije mirándola y a la vez tomando su mano
-Puedo quedarme, o si quieres podemos ir a mi casa –Dijo ella sonriendo, no pude negarme ante ella, ante esa sonrisa
-Claro…

Recuerdo que le pedí el carro a linde, y nos dirigimos a su casa, ella estaba apenada pues decía que tal vez yo no estaba acostumbrado a esos lugares, su casa era pequeña, pero muy acogedora, entramos y ella preparo algo de cenar, mientras yo admiraba las fotos que se encontraban arriba de la chimenea, desde pequeña era muy linda…tome aquella foto donde estaba recargada en un árbol sonriendo, traía un vestido gris, su cabello largo y ondulado…

-¡Oye! Esa foto no me gusta – Dijo colocando la comida en la mesa
-Sales bien, pero bueno si no te gusta me la quedare – dije sacando la foto del portarretrato y guardándola en mi bolsillo…
-Jajaja estas loco, pero bueno la cena esta lista

Ella había preparado una rica pasta, la cual acompañamos con un buen vino tinto, no podía dejar de mirarla, y solo la veía sonrojarse…

Llegue a su lapida, coloque aquellas flores, me senté para seguir recordando toda esta historia…Todo aquello que me gustaba de ella, ya no lo tenía conmigo, ahora estaba enterrada a muchos metros debajo de este mundo…

El tiempo había pasado, comenzábamos a salir, nuestra amistad comenzaba a llamarse de otra forma hasta que un día me decidí, toque a su puerta y traía un ramo de rosas, ella me miro extrañamente, pero no menciono nada, entre y me senté, ella se sentó a mi lado y me abrazo, yo no me resistí más y la bese.

-Aztaroth yo he venido a decirte que…tu eres…No mas bien que yo estoy enamorado de ti
-¿De verdad? – Dijo ella dudosa
-Si desde que te vi a decir verdad, pero cuando te comencé a tratar definitivamente supe que tenías que ser para mí, pero tú que dices de todo esto
-Yo también lo estoy – Ella sonrío y se acerco para besarme

Las horas avanzaban, cenamos, escuchamos algo de música, y después llego ese momento que deseaba, la tome de la cintura y la acerque más a mí, ella metió sus manos debajo de mi playera, mientras que yo lentamente la despojaba de su blusa, la cargue y la lleve a la habitación, tantas caricias, tantos besos que no tenían fin, esa noche fue la mejor de todas, nos entregamos por completo sin que nos importara nada mas…

Los años pasaron hasta que decidimos irnos a vivir juntos, todo era perfecto, el amor jamás se acababa yo la amaba como si siempre fuera el primer día, a veces tenia miedo a que todo fuera irreal, a que este amor llegara a un final…

Llevábamos 3 años de estar juntos, todo era tan perfecto, ella se mudo conmigo, yo era tan feliz, esta era la vida que siempre había querido, estar con la mujer que amaba, pero un día todo cambio…

Aun no entiendo como paso, por que me jurabas tanto amor y rompiste mi corazón…la noche estaba llegando y no quería separarme de tu lapida, cada vez que me iba la culpa volvía a recorrer toda mi cabeza…

-Hola mi princesa – dije llegando a casa con un ramo de rosas blancas pues eran una de sus favoritas
-Hola amor… - Dijo ella mientras preparaba un delicioso pastel
-Y eso…amm mi cumpleaños no esta cerca – pregunte
-lo se pero no es para ti, es para los nuevos vecinos…
-ah vecinos muy buena noticia – dije tratando de sonreír

Salí de la cocina y prendí un cigarrillo, ¿vecinos nuevos? Si sabia que era tonto ponerse a pensar con esa pregunta, pero hasta que los conociera podría estar en paz…

-iré a dejar esto amor… - dijo mientras sostenía el pastel y me sonreía
-yo voy contigo – dije
-ok vamos...

Toque la puerta esperando a que no fuera ningún chico del que pudiera preocuparme…pero vaya sorpresa no era así, ahí estaba el con una sonrisa “amable”, era un tipo de cabello largo y rubio, de tez blanca, de estatura media, por las cosas que tenia en su casa podría decir que también estaba en el trabajo de la música…
-Aztaroth que bueno que viniste – dijo el sonriendo
-de nada mira el es mi novio del que tanto hable
-mucho gusto mi nombre es eicca y tu eres
-soy ville – dije fríamente
-traje esto para ti…
-gracias linda, pero pasen les invito un café…

Nos sentamos en la mesa mientras eicca preparaba nuestro café, yo prendí otro cigarro, la verdad ese tal eicca no me daba buena espina pero no podía dejar de ver como a mi Aztaroth le caía perfecto aquel tipo…

-pensé que había alguien mas contigo…Aztaroth me dijo que habían llegado nuevos vecinos…
-así es mi primo vive conmigo…solo que ahora no esta…
-ah…
-y bueno que me platican de ustedes – pregunto eicca
-llevamos 3 años juntos, somos felices… - dijo Aztaroth

Me había dado alegría el escuchar esas últimas palabras que había dicho, claro que si éramos muy felices…

Llegue a casa y subí a la habitación, pero antes tome una botella de vodka quería algo que me hiciera olvidar pero a la vez recordar…todo eso vivido con ella…

Mientras que todo avanzada ella estaba algo anormal, no era como antes, cada vez la sentía mas alejada de mi , las noches ya no eran iguales, todo el sentimiento que una vez hubo ella lo estaba dejando de sentir…

Hoy te iba a pedir que estuvieras el resto de mi vida conmigo…fui a preparar todo a una hermosa cabaña en el bosque, la arregle lo mejor que pude, solo la luna, las luces del norte y las estrellas serian testigo de todo…

Ahí estábamos en la cabaña ella lucia perfecta, con ese vestido rojo, tome sus manos y la bese, le di una rosa y después una pequeña caja negra, ella me miro y abrió aquella caja…ella sonrío pero al mismo tiempo cerro la caja y me la entrego, mi corazón sintió una puñalada, no comprendía por que había hecho eso…

-Lo siento no puedo casarme contigo, de verdad lo siento… - dijo tomando su bolso
-espera Aztaroth dime por que…pensé que me amabas
-ville esto es difícil de decirlo, mira tu me has dado todo…pero lamentablemente el amor se acabo…
-eso no es posible yo aun te amo…
-pero yo no…
-es por eicca verdad…
-si es por el…perdóname debo irme

Ella salio corriendo del lugar y tomo el auto…comencé a tirar todo, para que seguía con esto… ¡ella no me amaba! Pero no iba a dejar que nadie mas la tuviera si no era mía no iba a estar con alguien más…

La mate por que la amaba
La mate por que era mía
Ella era mi princesa
Que me guiaba día a día

Todo lo que hacia mal
Ella lo convertía en perfecto…
No quería hacerlo
Pero ella tuvo la culpa
Me abandono
Me alejo de ella
Y ahora mi culpa me persigue
Por haberla desaparecido
Por haber matado a mi princesa…


Cuando llegue a casa vi algo que hizo que mi sangre hirviera por dentro, eicca y Aztaroth besándose, los odie por un momento, pero aun no era el momento, decidí alejarme un tiempo…me mude a otro lugar cercano para no perderla de vista, deje toda mi vida solo para observarla, esto para mi ya era una obsesión…

Pasaron meses hasta que decidí hacer mi venganza, entre cuidadosamente a su casa, deje una nota, pues eicca no estaba y ella aun dormía…subí a su habitación y la observe, veía su cuerpo perfecto, su rostro de ángel…me encantaba, lamentablemente pronto a ese ángel se le acabaría la luz…

Aztaroth despertó y al bajar observo esa nota que la citaba en un lugar en el centro de la ciudad, firmada por eicca… ella sonrío y rápido fue a cambiarse…por ultimo tomo las llaves y luego su auto…llego al lugar, mientras tomaba algo de café, me acerque por detrás y la abrase…

-por fin juntos de nuevo – dije
-que haces aquí…aléjate – me empujo
-antes no decías eso
-eso fue antes…déjame yo soy feliz, eso deberías hacer tu
-era muy feliz Aztaroth, pero ahora dime como se puede ser feliz cuando alguien mata tu corazón…cuando lo desgarran, ¡dime!
-¡Estas demente! – trataba de soltarse
-Que lastima que no te quedaste conmigo…el amor que yo te daba jamás nadie te lo iba a dar… Lo siento como una vez tu me dijiste lo recuerdas…es hora de irte de aquí princesa es hora de estar en un lugar donde nadie mas podrá tenerte – al decir eso saque una daga y la clave en su corazón mas de una vez…

Ella pedía ayuda, me pedía perdón, pero no…ya no le creía, sus ojos me miraron fijamente mientras desangraba….la tome entre mis brazos y la bese…

-te amo… - dije – perdóname por hacer esto

Aztaroth cerró sus ojos, y la deje ahí junto a una rosa blanca, prendí un cigarro y camine hasta mi casa…

Y ahora aquí estoy en mi casa terminando de recordar esta amarga historia…terminando mi botella de vodka y acabándome mi cajetilla, saque del buró esa daga, no dejaba de admirarla, y si la idea de estar contigo me hizo hacerlo, claro no con esa daga si no con el arma, me dispare pensando en ti…en que podríamos estar juntos en la eternidad.

Texto agregado el 06-07-2013, y leído por 95 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
18-08-2013 Que relato me puso los pelos de punta Eso senti yo cuando me dejaron de amar y me traicionaron.Ahora entendi que el amor se puede acabar. Muy bueno alejandra0106
 
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